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Errores del batido
ОглавлениеLa habilidad para la extensión del tobillo es una ventaja principal en el batido de delfín. Los nadadores deben poder extender el pie más de 70º de la vertical. Los que no poseen esta habilidad necesitarán aumentar el rango de movimiento con ejercicios especialmente diseñados para aumentar la flexibilidad de los tobillos.
Los dibujos de la figura 5.21 ilustran la importancia de una buena extensión del tobillo durante el movimiento descendente del batido de delfín. La figura 5.21a muestra cómo una buena extensión del tobillo permite al nadador mantener una buena orientación hacia atrás de los pies en el agua hasta bastante avanzado el movimiento descendente. La figura 5.21b muestra que, con una menor habilidad para la extensión del tobillo, los pies estarían simplemente empujando hacia abajo contra el agua durante la mayor parte del movimiento descendente.
Figura 5.20. Posición de las manos y los brazos durante el movimiento hacia arriba. Las palmas y los antebrazos están mirando hacia arriba, no hacia atrás, lo que hará que su velocidad disminuya.
Otro error frecuente cometido por los nadadores es realizar un batido demasiado profundo cuando realizan el batido de delfín. Este problema es particularmente común durante el movimiento descendente del segundo batido. Los pies deben estar sólo ligeramente más abajo que el tronco cuando terminan los movimientos descendentes del batido de delfín. Realizar un batido más profundo sólo aumentará el arrastre por forma y por empuje porque las piernas estarán muy por debajo del cuerpo y estarán realizando el batido hacia delante además de hacia abajo durante la parte final del movimiento descendente.
Otro error común cometido por los nadadores es flexionar las piernas durante el movimiento ascendente del batido de delfín. Este error, quizá más que cualquier otro, reduce la propulsión lograda por muchos mariposistas con el batido. El efecto de este error es que los nadadores empujarán el agua hacia arriba y hacia delante con las piernas, aumentando el arrastre por empuje y reduciendo la velocidad de avance. Los nadadores no deben flexionar las rodillas hasta que empiece el movimiento descendente, es decir, hasta que empiecen a empujar hacia abajo con los muslos.