Читать книгу La certificación forestal: un instrumento económico de mercado al servicio de la gestión forestal sostenible - Fernando García-Moreno Rodríguez - Страница 5
Circunstancias que han motivado esta investigación
ОглавлениеLas circunstancias que me han motivado para llevar a cabo la presente investigación son muchas y de muy variado tipo, si bien, únicamente destacaré a continuación aquellas cinco que sin lugar a duda han tenido un mayor peso o influencia en mí a la hora de decidirme finalmente por acometer tal labor, hoy felizmente concluida. La primera de las razones que ha motivado la presente investigación se debe a que no es la primera vez, ni mucho menos, que me acerco a la Certificación Forestal. Así, me acerqué por primera vez a dicho instrumento preservador del medio ambiente y dentro de éste, en particular, de los montes, allá por el ya lejano año 2005, cuando a raíz de la aprobación de la Ley 43/2003, de 21 de noviembre, de Montes, se consideró por un nutrido grupo de profesores de Derecho, fundamentalmente, de Derecho Administrativo, que, habida cuenta de la transcendencia e importancia que comportaba dicha Ley, máxime teniendo en cuenta que la precedente a la misma era preconstitucional, datando, ni más ni menos que del 8 de junio de 1957, resultaba necesario elaborar una obra doctrinal que abarcase los diversos aspectos y cuestiones contempladas por la misma. Fruto de dicha iniciativa y capitaneada por el reputado especialista en la materia, Prof. Dr. Don Emiliano Calvo Sánchez (Profesor Titular de Derecho Administrativo en la Universidad de Burgos), se publicó en ese mismo año la obra titulada: “Comentarios Sistemáticos a la Ley 43/2003, de 21 de noviembre, de Montes. Estudios de Derecho Forestal, Estatal y Autonómico”, dentro de la cual me correspondió elaborar un Capítulo que titulé: “La Ordenación de los Montes: Gestión sostenible, instrumentos de ordenación y certificación forestal” y dentro del cual, tal y como he referido con anterioridad y se desprende de su propio título, abordé con cierto detenimiento, entre otras cuestiones, la relativa o atinente a la Certificación Forestal.
Mi relación profesional, como Profesor de Universidad, con la Certificación Forestal, no acaba en el Capítulo de Libro anteriormente citado, ya que atraído por tal temática volví de nuevo a escribir, en este caso, en el año 2019, un artículo científico, titulado: “La Certificación Forestal: Un instrumento de mercado disfuncional en el pasado, eficiente en el presente y de obligada proyección futura para una gestión forestal sostenible”, que por diversos avatares sufridos por el mismo no se ha publicado hasta principios del año en curso en la prestigiosa Revista Aranzadi de Derecho Ambiental. Pues bien, el caso y volviendo con ello a esta primera razón que ha propiciado la obra que ahora me ocupa, he de decir que la misma se ha debido a que a raíz tanto de una como de otra publicación me he dado cuenta, amén de la importancia intrínseca de dicho instrumento económico de mercado y de su cada vez mayor proyección e influencia, que aún quedaba mucho por decir y sobre todo, por profundizar en relación con los más variados aspectos de la Certificación Forestal, de ahí que partiendo de sendas publicaciones y de mi experiencia académica en relación con las mismas me animase finalmente a acometer con entusiasmo y dedicación la presente obra que hoy, felizmente, ve la luz.
La segunda razón que al igual que la precedente y las posteriores ha tenido un gran peso a la hora de decidirme a acometer la presente obra, tiene que ver con el hecho de que siempre he sido y soy un gran amante de los montes y por ende y como consecuencia lógica de ello, un partidario acérrimo de garantizar su preservación y mejora. He disfrutado muchísimo de los largos paseos y excursiones que durante mi niñez y adolescencia daba por el monte sólo o en compañía de mis familiares o amigos durante mis vacaciones de verano, al igual que sigo disfrutando en el presente, más aún que antaño, de los paseos que de tanto en cuanto doy por el monte cuando mis compromisos y obligaciones me lo permiten. Tal circunstancia, si se quiere, afectiva o sentimental, ha hecho que tenga un gran aprecio y estima por los montes, que con el pasar de los años no ha hecho sino acrecentarse, al valorar cada vez en mayor medida los múltiples beneficios de todo tipo y orden (ambientales, económicos, sociales y culturales) que los mismos reportan al ser humano, lo que me ha llevado a querer hacer algo en favor de aquellos, no encontrando mejor forma que desde mi dedicación profesional como profesor de universidad. Así y fruto de la conjunción de tal querencia con los trabajos realizados sobre Certificación Forestal, al ser plenamente consciente, tal y como he tenido oportunidad de apuntar con anterioridad, que aún quedaba mucho por decir, aclarar y profundizar en relación con dicha institución, consideré que bien podía consistir mi contribución a los montes en colmar tal vacío, máxime, cuando aquella es un instrumento que coadyuva activamente a la protección de estos últimos.
La tercera circunstancia o razón que ha motivado la presente obra, tiene que ver directísimamente con el tiempo transcurrido desde que allá por el año 1989 surgiese como tal la Certificación Forestal, ya que dicho lapso de tiempo es un periodo temporal más que suficiente para poder enjuiciar en la distancia y desde la más absoluta objetividad e imparcialidad, los logros y fracasos cosechados, las carencias y deficiencias observadas, las omisiones y sobre regulación existente, y en definitiva, las luces y sombras que ha planteado y plantea en el presente tanto desde el punto de vista teórico como práctico dicha institución. Sin lugar a duda, ha sido éste un motivo de peso lo suficientemente importante como para plantearme la publicación de la presente obra y finalmente acometer la misma. Por otro lado, y sin ser en absoluto determinante, lo cierto es que el año 2019, año en que comencé la elaboración de la presente obra, era una fecha redonda respecto de la Certificación Forestal, al cumplirse en él, el trigésimo aniversario del nacimiento de esta última.
La cuarta circunstancia que ha contribuido decididamente a que me animase a elaborar la presente obra ha sido, sin lugar a duda, la importancia que acumulativa y progresivamente ha ido teniendo cada vez más la Certificación Forestal tanto a nivel internacional como nacional desde que surgió como tal a finales de los años 80 del siglo pasado. Efectivamente, desde su mismo surgimiento y si bien es cierto que en un principio no desempeñó el relevante y decisivo papel que se esperaba de la misma, en gran medida, debido, como tendré oportunidad de explicar con detenimiento dentro de la presente obra, a la escasa sensibilidad medioambiental imperante por entonces en la sociedad y en definitiva, a ser un instrumento, lisa y llanamente, adelantado a su tiempo, lo cierto es que no tardando mucho empezó a desplegar los beneficiosos efectos que se esperaba de aquella, no sólo evitando con ello la deforestación de muchos montes amenazados realmente por tan desolador panorama, sino contribuyendo de manera ostensible e innegable a la mejora de otros muchos montes en los que afortunadamente no se daba tal situación, pero sí el peligro de ir degradándose y deteriorándose de manera paulatina y sin posible vuelta atrás.
La quinta y última de las razones que me ha impulsado a acometer la presente obra no tiene que ver a diferencia de todas las anteriores con hechos o situaciones que han acontecido en el pasado o están acaeciendo en el presente en relación con la Certificación Forestal, sino más bien con lo que está por venir, es decir, por suceder en un futuro tanto próximo como remoto con la misma, ya que atendiendo al hecho de que cada vez es mayor y más intensa la concienciación social e institucional respecto del medio ambiente y dentro de éste, muy particularmente, por los montes, dado que éstos representan lo mejor y más emblemático de aquel en la medida que una gran parte de la flora y de la fauna dependen directa o indirectamente de la existencia y preservación de los mismos, lo previsible es que cada vez se tienda más y en mayor medida a protegerlos, potenciando aún más respecto del presente la gestión forestal sostenible, a la cual coadyuva cada vez de una manera más significativa, tanto cualitativa como cuantitativamente hablando, la Certificación Forestal. En definitiva, todo hace prever que la Certificación Forestal a diferencia de otros instrumentos e instituciones medioambientales que parece que han tocado techo por lo que a sus prestaciones y contribución al medio ambiente se refiere, aún tiene margen, es más, mucho margen de crecimiento, siendo precisamente tal perspectiva lo que me ha animado a investigar y escribir sobre aquella en la medida que bien puede considerarse a la misma como un instrumento de preservación medioambiental de los montes del futuro.