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8. NUESTRA TRADUCCIÓN
ОглавлениеHemos seguido como texto base la edición de P. K. Marshall (2002), separándonos de ella en algunos pasajes, que hemos advertido al final de la presente introducción, y a veces en las notas correspondientes. El texto de Higino, extremadamente lacónico y redactado con arreglo a un patrón que repite casi sistemáticamente: predominio de la oración de cum + subjuntivo, uso excesivo de las formas no personales del verbo, etc., no deja demasiadas posibilidades al traductor. Muchas veces se trata de oraciones nominales. Algunos parágrafos presentan gran dificultad, si no en su comprensión, sí en la versión a un español elegante. Nosotros hemos querido ceñirnos al texto latino lo más posible, reflejando con la mayor fidelidad la estructura y composición del texto higiniano, pero ofreciendo a su vez un español fluido y grato al oído. En ocasiones hemos añadido a la frase un nombre propio o un pronombre para aclarar un texto ambiguo, o que en latín está claro por el caso en el que se presenta, pero no en español.
Cuando se trata de transcribir palabras o expresiones de origen griego, el criterio seguido ha sido el del códice F, la transliteración, a saber, el de no presentar ninguna palabra con caracteres griegos, sino todas ellas con el alfabeto latino.
En cuanto a las abstracciones divinizadas, el lector notará que nos hemos separado de la tradición, personificándolas y eliminando —por lo tanto— el artículo. Por ello encontrará «hijos de Noche, de Tierra», «caballos de Sol» en lugar de «hijos de la Noche, de la Tierra», «caballos del Sol» como es habitual, considerando obvio que si se hubieran escrito en griego hubiera chocado leer «hijos de la Gea», «caballos del Helios», etc. No obstante, cuando el sol, la tierra, y nombres semejantes no están divinizados, aparecen en minúscula y con artículo.
Por lo que respecta al uso de mayúsculas y minúsculas, hemos adoptado como norma escribir con minúscula los gentilicios y etnónimos (etruscos, lemníades, etc.), pero con mayúscula aquellos grupos humanos específicos cuyo nombre, por lo tanto, es propio (Argonautas, Centauros, Danaides, etc.).