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I. UNA MISMA REALIDAD Y DISTINTOS CONCEPTOS MODULADOS POR LA TECNOLOGÍA

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Se ha señalado que la medicina se basa en la observación y la experiencia, pero estas bases pueden verse afectada por la telemedicina, ya que la “observación en la que se basó Hipócrates dará paso a las mediciones automatizas de nuestros esquemas vitales. La experiencia dará paso a una medicina basada en la evidencia”3. La telemedicina como vehículo de acercamiento de la medicina a ciudadanos o a los profesionales médicos entre sí supone un cambio de concepto y es que siempre ha ido unida a la tecnología desde que hace un siglo se produjeran las primeras experiencias a través de las ondas de un programa de radio; el establecimiento de estaciones telemédicas a través de circuitos audiovisuales basado en microondas; la utilización de satélites espaciales o estaciones terrestres de televisión para desarrollar las videoconsultas y la teleasistencia en territorios con una población alejada de lugares habitados o de los centros hospitalarios, como alternativa a los desplazamientos, o ante la falta de especialidades médicas4. La dimensión tecnológica con la revolución digital, a partir de los años noventa del siglo pasado, ha producido un renovado interés por la telemedicina y un significativo desarrollo.

Inicialmente, las aplicaciones de la telemedicina se han centrado en la telerradiología, telepatología, telecitología, telecardiología, teleoncología, telecirugía, telepsiquiatría, teledermatología y en atención primaria5. En cuanto a las modalidades de telemedicina se han puesto de relieve las siguientes: teleconsulta entre expertos; el trabajo cooperativo para compartir recursos y toma de decisiones, telepresencia para la asistencia sanitaria a pacientes en remoto y el telediagnóstico; telemonitorización o vigilancia remota de pacientes; teleasistencia, así como la telecirugía, con la utilización de la telerobótica, la visión artificial y la realidad virtual6. Aspectos de la telemedicina que cobran su singularidad pues su cualidad es la capacidad para prestar la asistencia cuando más se necesita y en el momento justo.

Sin embargo, el cambio tecnológico de la era digital ha precipitado un avance en su desarrollo y evolución ya que la computación ubicua ha venido a redimensionar el espacio y el tiempo en la asistencia sanitaria y la salud pública e incorporado los avances en microelectrónica, informática y telecomunicaciones proyectándose sobre la sanidad pública y privada. Además, estos cambios han coincidido con los cambios organizativos que se han producido en los sistemas de salud afectando a muchos procesos, de modo que emergen nuevos términos al hilo del progreso técnico para referirse a esta realidad. Además de telemedicina, teleasistencia o telesalud, se han acuñado cibermedicina, salud electrónica o e-Salud (e-Health), salud 2.0, Medicina 2.0 y, más reciente, las tecnologías de cibersalud móviles e inalámbricas, las aplicaciones de los medios sociales y la web 2.0 han dado paso a la salud móvil (m-Health), incluso ya se habla de salud 4.0. Panoplia de términos que se superponen y que, en ocasiones, se utilizan de forma indistinta e inducen a confusión7. En suma, como se ha señalado, la salud electrónica acoge diferentes variantes y modalidades y está vinculada a la tecnología y sus cambios, por lo que resulta definir un concepto8.

La vinculación de la e-Salud o salud electrónica con las TICs hace que nos encontremos con un término que, más que impreciso, está sujeto a la evolución y trasformación digital y los cambios que puedan introducir las tecnologías futuras, la aplicación de la inteligencia artificial (IA) o la computación cuántica a la medicina y al sector de la salud y las soluciones que permitan los algoritmos avanzando y contribuyendo a una mayor efectividad en los diagnósticos, el diseño y tratamiento farmacológico, sin olvidar las posibilidades que brinda el big data aplicado a los procesos de datos para transformarlos en evidencias y conocimiento en la toma de decisiones clínicas.

Ahora bien, en mi opinión, telemedicina y salud electrónica no es lo mismo ni es consecuencia de un proceso evolutivo de transformación, sino que estamos ante el todo y una parte. En efecto, a lo largo del tiempo se han manejado diferentes términos y definiciones de telemedicina, cibersalud, salud electrónica, incluso telesalud o, más recientemente, también la salud móvil “nuevo concepto que describe los servicios que se prestan a través de dispositivos de comunicación móviles, como los dispositivos inalámbricos de monitorización de pacientes, los teléfonos inteligentes, los asistentes digitales personales y los ordenadores de mesa. Las aplicaciones móviles (apps) y, en algunos casos, los dispositivos móviles y sensores que las acompañan, son los facilitadores de la salud móvil y los impulsores de los sistemas”9. Si atendemos a los principales componentes de la salud electrónica, se ha puesto de relieve que son la telemedicina y la informática sanitaria, pero, también otros elementos distintos pero relacionados con ellos, como el aprendizaje electrónico (e-learning) y el comercio electrónico (e-commerce)10.

La OMS, en su 58.ª Asamblea celebrada en 2005, ha definido la salud electrónica como “el uso rentable y seguro de las tecnologías de la información y comunicación en apoyo de la salud y los ámbitos relacionados con la salud, incluidos los servicios de atención sanitaria, la vigilancia de la salud, la bibliografía sanitaria y la educación, los conocimientos y la investigación en materia de salud”11. En cambio, la telemedicina consiste en “la prestación de servicios de atención sanitaria, cuando la distancia es un factor crítico, por parte de todos los profesionales de la salud que utilizan las tecnologías de la información y la comunicación para el intercambio de información válida para el diagnóstico, el tratamiento y la prevención de enfermedades y lesiones, la investigación y la evaluación, y para la formación continua de los proveedores de atención sanitaria, todo ello con el fin de mejorar la salud de las personas y sus comunidades”12. Además, según la OMS, la salud móvil es un componente de la salud electrónica basado en los dispositivos móviles e “implica el uso y la capitalización de la utilidad principal de un teléfono móvil, que es la voz y el servicio de mensajes cortos (SMS), así como funcionalidades y aplicaciones más complejas, como el servicio general de radio por paquetes (GPRS), las telecomunicaciones móviles de tercera y cuarta generación (sistemas 3G y 4G), el sistema de posicionamiento global (GPS) y la tecnología Bluetooth”13.

Salud y asistencia sanitaria en España en tiempos de pandemia covid-19

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