Читать книгу Globalización y digitalización del mercado de trabajo: propuestas para un empleo sostenible y decente - Lourdes Mella Méndez - Страница 29
IV. LA FINALIDAD Y LOS RETOS INHERENTES A LA DECLARACIÓN DE LA GARANTÍA LABORAL UNIVERSAL
ОглавлениеLa Comisión Mundial sobre el Futuro del Trabajo impulsó la idea de lucha por un futuro mejor en el trabajo a través del trabajo decente, teniendo en cuenta un programa centrado en las personas39. Y para ello se insta a los gobiernos a comprometerse a adoptar un conjunto de medidas con el fin de hacer frente a los retos presentes en el trabajo por los cambios, sin precedentes, que están teniendo lugar en el ámbito laboral. En concreto, se trata de una respuesta a los desafíos trascendentales que ponen en entredicho el modelo actual de protección jurídico-laboral. Estamos ante una etapa de profundo cambio derivado del impacto de las nuevas tecnologías, el aumento de la ausencia de controles ligados a la globalización y las crisis recurrentes de la economía y el empleo. A todo ello se une la necesidad de reorientar la actividad productiva y la propia organización del trabajo ante los fenómenos del cambio climático y el cambio demográfico, así como la concentración acusada de la población en las ciudades, con el consiguiente abandono del entorno rural. Estos retos demandan una respuesta colectiva a escala mundial para preservar la acción protectora en el mundo del trabajo.
La Declaración del Centenario de la OIT para el Futuro del Trabajo se muestra como una acción internacional orientada a la compensación de los excesos del mercado libre, centrando ahora la atención en la persona y su desarrollo vital a través del trabajo. Precisamente, la Declaración destaca como principio clave “trabajar para un futuro centrado en las personas”40 y todo ello en un momento especialmente sensible, en el que se está transformando sustancialmente el mundo del trabajo en virtud de las continuas innovaciones tecnológicas como consecuencia de la globalización económica. Ciertamente, se está transformando la propia naturaleza del trabajo y se está abriendo el camino a nuevas formas de prestaciones de servicios y de empleo, que está desfigurando nuestro modelo de protección jurídico-laboral. Por ello, se muestra especialmente importante la necesidad de realzar la función protectora del Derecho del Trabajo centrada en la persona, con el fin de construir un futuro del trabajo justo y equitativo, que vele por el fomento del trabajo decente41. Efectivamente, hablar de una garantía universal del trabajo supone afrontar de forma ambiciosa el desafío de construir un nuevo sistema de distribución de la renta y de la riqueza, bajo el presupuesto relativo a que el modelo actual es injusto e insostenible.
Se trata de un programa de acción internacional que debe tomarse muy en serio. Es preciso prestar atención al modelo de garantía laboral universal, sin que se aprecie esta iniciativa de acción como un eslogan meramente programático. La propia Declaración del Centenario ha insistido en la necesidad de renovar el mandato a los Estados miembros de la OIT, relativo a perseverar en la consecución del principio del tripartismo y el diálogo social, en virtud de un enfoque hacia un futuro del trabajo centrado en las personas. Ello demanda que los gobiernos promocionen la creación de empleo y, en su caso, contemplen medidas activas de compensación con subsidios salariales, gastos gubernamentales orientados a ámbitos estratégicos, asistencia a los trabajadores con personas dependientes, la atención de medidas de conciliación laboral, y muy especialmente, el desarrollo de programas de formación profesional ante el cambio del modelo de trabajo.
En la Declaración late un profundo sentimiento de lucha contra la pobreza y la búsqueda de preservar nuestro modelo de protección laboral. Sin duda, la Seguridad Social se manifiesta como una pieza clave de inclusión en la sociedad42. Todo ello se encuentra en estrecha relación con los fines propios de la OIT, relativos a conseguir la materialización de la justicia social y el fomento del trabajo docente. Esta orientación institucional tiene en cuenta un enfoque renovado desde la perspectiva del futuro del trabajo, para atender y proteger a las personas trabajadoras43.
El debate sobre el futuro del trabajo se configura como un análisis del modelo de protección en atención de la situación del proceso de globalización en el momento del centenario de la OIT. Este debate se produce relacionando el futuro del trabajo con un nuevo contrato social centrado en las personas. Evidentemente, la garantía laboral universal y la centralidad de los derechos fundamentales en el trabajo tienen un valor esencial en nuestro modelo de protección. Todo ello parte de la tesis esencial y originaria relativa a que el trabajo no es una mercancía y que, ante todo, los trabajadores son seres humanos con derechos y necesidades de protección, como vía para conseguir colmar sus propias aspiraciones vitales. La garantía laboral universal muestra su importancia en el sentido de salvaguardar unos derechos esenciales en la vida laboral, siendo ello un aspecto necesario para conseguir un mínimo de cohesión social.
La garantía laboral universal se muestra, pues, como una medida clave, que facilita no solo la protección en el trabajo, sino también la propia Seguridad Social. Esto facilita un piso mínimo de protección social para todos los trabajadores. La vocación de dicho principio es extensiva y con un alcance universal, siendo aplicable a todas las formas de empleo, incluyendo el trabajo independiente. Esta protección mínima requiere de una financiación sostenible y de una acción protectora basada en los principios de solidaridad y de reparto de los riesgos. Se deben tener en cuenta las reglas que ya existen en muchos Estados, y que o bien no se desarrollan o simplemente no se aplican adecuadamente. El otro eje de acción lo encontramos en el cumplimiento de los derechos fundamentales de los trabajadores, teniendo como referente los ocho convenios fundamentales de la OIT44. Es decir, las reglas que se refieren esencialmente a la libertad sindical y a la negociación colectiva, la prohibición del trabajo forzoso y del empleo infantil, la prohibición de cualquier tipo de discriminación en el trabajo, la garantía de un salario vital adecuado, la limitación de los tiempos máximos de horas de trabajo, así como la garantía de la seguridad y salud en el lugar de trabajo.
De igual modo, estamos ante un enfoque que contribuye a conseguir una mejor comprensión de los cambios que se producen y que continuarán surgiendo en el mundo del trabajo. En este nuevo modelo de desarrollo del trabajo es preciso tener en cuenta que no se puede avanzar de forma sostenible si no se fomenta el compromiso y el entendimiento entre los Estados y las regiones del mundo. Dicho entendimiento tiene que orientarse a la consecución de una economía mundial y unas sociedades que sean más equitativas, justas e inclusivas45. Ello supone abrir nuevas vías a una acción mundial renovada para contener o eliminar los desafíos que tiene la humanidad y que requieren de una nueva respuesta histórica en defensa del modelo social de protección del trabajo.
Se trata de un nuevo escenario para el mundo del trabajo. Nos encontramos ante una realidad sumamente cambiante y en plena transformación permanente. El mundo del trabajo experimenta grandes cambios, que crean importantes retos e incertidumbres, pero que también pueden generar grandes oportunidades que se pueden orientar a la creación de más y mejores empleos. Todo ello requiere una respuesta conjunta por parte de los gobiernos nacionales, las asociaciones sindicales y empresariales. Se requiere un trabajo conjunto con el fin de hacer que las economías y los mercados laborales respondan adecuada y eficazmente a los problemas derivados de la elusión de los costes laborales y de protección social46. El objetivo no es otro que conseguir mayores cuotas de igualdad, excluyendo las nuevas formas de exclusión social47. Este planteamiento inclusivo socialmente tiene que estar supervisado y favorecido por el diálogo social, contribuyendo a la mejora del proceso de globalización en beneficio de todos.