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20. Traducciones hispánicas
ОглавлениеEn España, como fuera de ella, el destino de Lucrecio ha sido verse troceado y antologizado. Ningún traductor se atrevió con él entero hasta los umbrales mismos de la Edad Contemporánea.
Gabriel de Ciscar y Ciscar (1760-1829) en unos Ensayos poéticos 256 , tradujo cuatro fragmentos de Lucrecio (I 1-58; I 63-102; I 251-305 y II 1-60) no sin encabezarlos con la habitual excusa sobre unos versos «en los cuales nada hay contra la religión ni contra la moral». No podía faltar el himno a Venus:
Oh de la estirpe ínclita de Eneas
alma progenitora que recreas
a los hombres y dioses inmortales ,
y bajo de los signos celestiales
que velozmente giran, Venus bella ,
las tierras en mil frutos abundosas
y las surcadas mares espaciosas
colmas de regocijo
(=I 1-4)
Ciscar fue asimismo autor de un Poema físico-astronómico en siete cantos, lleno de reminiscencias lucrecianas 257 .
El peruano Pedro Paz Soldán y Unanue (1839-1895), que usó el pseudónimo de Juan de Arona, tradujo algunos trozos en una antología de poesía latina 258 . Suena así su verso:
Venus la reunión favorecía
de los amantes en la selva umbría ,
cuando los arrastraba a tal efecto
o recíproco afecto ,
o del ciego varón la fuerza bruta ,
o sus regalos de bellota o fruta
(= V 962-965)
El colombiano Antonio José Restrepo (1855-1933) 259 , bajo el título de «Los Dioses», hace una recreación muy liberal de V 1160-1239:
Digamos ya qué error ignominioso
impuso de los Dioses la existencia
a los débiles hombres, qué prestigio
levantó esos piadosos monumentos ,
transmitió a las naciones esos cantos
misteriosos y extraños, esas pompas ,
ese grande espectáculo en que el vulgo ,
al través del incienso vaporoso ,
sueña ver su destino de ultratumba…
En la noche del tiempo y los errores
investiguemos con paciencia y calma
cómo el hombre infeliz se hizo vasallo
de la misma obra que abortó su mente
(= V 1161-1168)
Don Marcelino Menéndez Pelayo (1856-1912) tradujo en un castellano trufado de latinismos el proemio (I 1-101) 260 , donde destaca la escena del sacrificio de Ifigenia:
Por varoniles manos arrastrada
trémula al ara fue, no cual debiera
en la sagrada pompa de Himeneo ,
sino doncella, en el feliz instante
en que iba Amor a desatar su zona
fue por su padre víctima inmolada
para a las naves dar viento propicio.
¡Tanta maldad la religión persuade!
(=I 95-101)
El mismo Menéndez Pelayo cita un epigrama de Andrés Bello (1781-1865), que es traducción del famoso amari aliquid 261 lucreciano (IV 1134):
De en medio de la fuente del deleite
un no sé qué de amargo se levanta ,
que entre el halago de las flores punza.
Alberto Lista (1775-1848) tradujo el canto a Venus (I 1-23) «con fidelidad y gallardamente», según Menéndez Pelayo 262 , que lamenta que el poeta sevillano no hubiera dedicado sus ocios a la versión del poema entero. Pero el breve fragmento presenta a un poeta que corre despreocupado por el verso filosófico y mezcla elementos pastoriles de Virgilio. Véase:
Tú el blando amor esparces, ya en los campos ,
que pinta el ledo abril, ya en las montañas ,
ya en los senos del piélago rugiente.
De amor llenas la selva: ‘amor’ resuenan
las frondosas mansiones de las aves;
y así de ser la llama fugitiva
por tu dulce influjo se propaga.
Inspira tú mi acento, tú, que el mundo
y la natura mandas; nada amable ,
nada alegre es sin ti; nada del día
goza sin ti la refulgente lumbre.
(26-36 = 1 17-24) 263
Javier de Burgos (1778-1848), afrancesado, vio perderse su versión de Lucrecio en la requisa de libros y papeles que sufrió tras la derrota napoleónica 264 . La primera versión completa conocida es por tanto la del Abate Marchena (1768-1821) 265 . Está compuesta en endecasílabos blancos. Si para Menéndez Pelayo, como para tantos, es ambigua la valoración de Lucrecio, ambigua será también la del romanceador: «Cuando Lucrecio decae, su traductor lo hace lastimosamente; cuando el poeta latino se levanta en alas de su genio, el intérprete castellano se enciende en el sacro fuego de su modelo, y llega a producir acentos de noble y verdadera poesía» 266 . Un pasaje bien logrado es el del hombre náufrago:
Y el niño semejante al marinero ,
que a la playa lanzó borrasca fiera ,
tendido está en la tierra, sin abrigo ,
sin habla, en la indigencia y desprovisto
de todos los socorros de la vida ,
desde el momento en que naturaleza
a la luz le arrancó con grande esfuerzo
del vientre de su madre; y llena el sitio
de lúgubre gemido, como debe
quien tiene que pasar trabajos tantos ,
(V 313-322 = V 222-227)
El poeta ecuatoriano José Joaquín Olmedo (1782-1847) veneró a Lucrecio 267 y en su «Canto de Junín» aplicó al Sol los conceptos que el latino aplicó a Venus:
Tu vivífico ardor todos los seres
anima y reproduce: por ti viven
y acción, salud, placer, beldad reciben 268 .
No detallaré aquí las prosificaciones recientes 269 (a la que se sumará la presente). Un trabajo notable es la versión rítmica del poeta mejicano R. Bonifaz Nuño 270 , que suena así:
La primera, a los tristes mortales los granos frugíparos
distribuyó en otro tiempo Atenas, la de nombre preclaro ,
e instauró de nuevo la vida y propuso las leyes ,
y la primera dio a la vida los dulces solaces ,
cuando engendró al varón con corazón tal hallando ,
que en otro tiempo lo vertió todo con boca verídica.
(= VI 1-6)
Una riqueza literaria fiera y extravagante (aunque hablen un idiolecto tan esquivo a veces como el latín del original) tienen los hexámetros acentuales de la versión que acompaña el texto de A. García Calvo:
A esto se añade que no sin las lluvias ciertas que vengan
al año podrá ofrecer su gozosa cría la tierra ,
ni falta asimismo de pasto podrá la harnaz de las bestias
ni propagar su linaje y la vida ni mantenerla ,
de modo que a muchas cosas comunes muchos entiendas
que hay elementos, como a las palabras vemos las letras ,
más bien que haber cosa alguna sin sus principios que pueda.
(= I 192-198)
Las primeras traducciones completas al portugués datan de mediados del siglo XIX 271 . Al catalán se traduce en los años veinte del siglo pasado 272 . Hace poco ha aparecido una traducción completa al vascuence, que debe de ser la primera 273 .
1 Sólo un escritor tan tardío como San Jerónimo da la fecha de nacimiento (94 a. C.); establece además que el poeta murió a la edad de 44 años (Chron. ad annum 1223 = 94 a. Chr ., ed. R. HELM , Eusebius Werke VII. Die Chronik des Hieronymus , Berlín, 1956, pág. 149; aunque en el códice de esta crónica conocido como Amandinus , la fecha de nacimiento se adelanta al 96 a. C.). De otra parte, el gramático ELIO DONATO , asegura que, el mismo día (15 de octubre del 55 a. C.) en que Virgilio, a los diecisiete años, tomaba la toga viril, falleció Lucrecio (Vita Verg ., 6).
2 La guerra entre Mario y Sila con sus implacables matanzas y proscripciones debieron causar en Lucrecio una honda impresión y tal vez por eso habla con horror de los que amasan riquezas con sangre de ciudadanos: sanguine ciuili rem conflant divitiasque / conduplicant (III 70-71).
3 Frag. 551 USENER . Hay una reformulación de HORACIO : «No se da mala vida quien de nacimiento a muerte pasa desapercibido» (nec vixit male qui natus moriensque fefellit [Epist . I 17, 10]); y otra de OVIDIO : «Quien bien se esconde, bien se da» (bene qui latuit, bene vixit [Trist . III 4, 25]).
4 W. J. WATTS , «The birthplace of latin writers», Greece & Rome 18 (1971), pág. 95.
5 Puso a Lucrecio en Campania y lo relacionó con Filodemo F. DELLA VALLE , Tito Lucrezio Caro e l’epicureismo campano , Nápoles, 1935; rebate en parte sus tesis A. TRAGLIA , Sulla formazione sprirituale di Lucrezio , Roma 1948, págs. 11-12.
6 En un análisis poco conclusivo, basado sobre indicios lingüísticos, afirma tal cosa L. A. HOLLAND , Lucretius and the Transpadanes , Princeton, 1976.
7 Véase Ε. PARATORE , «La problematica sull’epicureismo a Roma», Aufstieg und Niedergang der römischen Welt I 4 (1973), 116-204.
8 Los grandes toldos de colores (mencionados en IV 75) se habían estrenado por vez primera en los ludi Apollinares del 60 a. C. para dar sombra a teatros hasta entonces descubiertos (según A. ROSTAGNI , Letteratura Latina , Turín, 1964, vol. I, pág. 542).
9 Las órdenes suaves pero firmes que imparte al lector para que aprenda, la elegante maestría del estilo, el trato de igual a igual que tiene con Memio refuerzan la idea de que fue noble. Eso creyeron C. MARTHA y J. BAYET ; vid . F. L. LISI , «Lucrecio», en C. CODOÑER (ed.), Historia de la Literatura Latina , Madrid, 1997, pág. 91.
10 J. MEWALDT , s.v . ‘T. Lucretius Carus’ en Real-Encyclopädie der Altertumwissenschaft , XIII, 2, 1927, cols. 1659-1683. La tesis es muy insegura; véase Β. Κ. GOLD , Literary Patronage in Greece and Rome , Chapel Hill, Londres, 1987, pág. 51, n. 49.
11 Lucrecio apenas dice nada de Memio en la docena de pasajes donde lo nombra. La expresión más llamativa es la de I 141-142: sed tua me virtus tamen et sperata voluptas / suavis amicitiae , que, como señala B. K. GOLD (Literary Patronage … pág. 53), no sabemos si se refiere a una relación política o social formalizada, o si hay que entender todo dentro de la camaradería epicúrea.
12 A. ROSTAGNI , Letteratura …, vol. I, pág. 507.
13 Según E. ÉVRARD , «Diogène d’Oenoanda et Lucrèce», en R. POIGNAULT (ed.), Présence de Lucrèce: actes du colloque tenu à Tours (3-5 déc. 1998) , Tours, 1999, págs. 53-54, es aventurado asegurar que el Káros de la inscripción (51 II 8 CHILTON ) sea Lucrecio. La inscripción es más de dos siglos posterior al poeta; véase C. W. CHILTON , Diogenes of Oenoanda. The Fragments , Londres, Nueva York, Toronto, 1971, pág. 106.
14 T. Lucretius poeta nascitur. qui postea amatorio poculo in furorem versus cum aliquot libros per intervalla insaniae conscripsisset, quos postea Cicero emendavit, propria se manu interfecit anno aetatis XLIIII (Chron. ad annum 1223 = 94 a. Chr ., ed. HELM , pág. 149).
15 Pasajes del propio LUCRECIO como III 828 (adde furorem animi proprium atque obliuia rerum) y la descripción de la locura amorosa en el final del libro IV, expresiones ambiguas del poeta ESTACIO (docti furor arduus Lucretii , en Silvas II 7, 75-6) y del apologista cristiano LACTANCIO (delirat Lucretius , en De opif. Dei VI 1), la conexión entre afrodisíacos y demencia que establece OVIDIO (Arte de amar II 106).
16 Una «Vida», contrahecha por Girolamo Borgia en 1502 sobre fuentes de diverso valor, suministra tres datos nuevos sobre la locura y la muerte: Lucrecio recibe el filtro de una mala mujer (el lector piensa inmediatamente que sea una hechicera o la amante del poeta), se suicida ahorcándose o echándose sobre una espada, nació de madre largo tiempo estéril. Véase un análisis crítico de la Vita Borgiana en G. SOLARO , Lucrezio. Biografie umanistiche , Bari, 2000, págs. 5-10.
17 A. K. MICHELS , «Death and two poets», Transactions and Proc. of the Amer. Philol. Assoc . 86 (1955), pág. 171, da crédito a la historia del suicidio. Lucrecio, al perder la exaltación vital y poética, habría decidido regresar, por el atajo de una muerte voluntaria, al mundo eterno.
18 Véase el análisis demoledor de K. ZIEGLER , «Der Tod des Lucretius», Hermes 71 (1936), 421-440.
19 «La fascinación de la locura habría podido impedir la lectura total y comprensiva, pero pronto se ve que la nota — o todos los pensamientos equivalentes sobre melancolía, pesimismo, etc.— ha servido para rechazar un texto inaceptable» (traduzco de M. BOLLACK , La raison de Lucrèce , París, 1978, pág. 80).
20 Para P. H. SCHRIJVERS la idea de la personalidad de Lucrecio como angustiada y en desequilibrio ha continuado, por decirlo al modo del poeta, «mostrándose en lo alto de las regiones celestes y amenazando a los filólogos con su aspecto horrible» (Horror ac divina voluptas. Études sur la poétique et la poésie de Lucrèce , Amsterdam, 1970, pág. 6).
21 Como A. GARCÍA CALVO en el prefacio de su edición (Zamora, 2000).
22 Los epicúreos defienden la eutanasia como escapatoria de la necesidad («La necesidad es un mal, pero ninguna necesidad hay de vivir en la necesidad», Sent. Vat . 9), pero no enaltecen al suicida («Insignificante, de todas todas, es aquél que tiene muchos motivos razonables para abandonar la vida», ibid . 38).
23 Así en I 21 y V 331. I. FISHER , «Le sens du titre De Rerum Natura» , en Mélanges linguistiques , Bucarest, 1957, págs. 17-21, defiende un distanciamiento lucreciano de la equivalencia exacta entre el término latino y el griego. A. PELLICER , Nature: Étude sémantique et histoire du mot latin , París, 1966, págs. 42-45, señala que el valor de natura por ‘nacimiento’ es raro en latín arcaico. Pero en algún modo coexisten los dos sentidos, sobre todo en el prefacio de la obra (véase D. CLAY , Lucretius and Epicurus , Ithaca, Londres, 1983, pág. 339, n. 12).
24 Ε. PARATORE , art. cit ., págs. 181-184, recoge un catálogo de fechas propuestas.
25 Lucreti poemata, ut scribis, ita sunt: multis luminibus ingeni, multae tamen artis; sed cum ueneris .
26 Después de escribir esto, el profesor JUAN GIL ha tenido la amabilidad de darme a conocer un trabajo inédito («Lucrecio y los leones», de próxima aparición en la revista Habis) que pone en entredicho esta cronología. El artículo relaciona un texto de PLUTARCO (Vida de Bruto 8, 6-7), que da cuenta del empleo bélico de unos leones por parte de los habitantes de la ciudad griega de Mégara el año 48 a. C., con un problemático (hasta ahora) pasaje de Lucrecio sobre el uso militar de animales (V 1308 ss.).
27 «Menesteo, nombre del que procwede el linaje de Memio» (Mnestheus, genus a quo nomine Memmi [(V 117]).
28 De ahí acaso la expresión tuas legiones (II 40).
29 D. E. W. WORMELL , «Lucretius: the personality of the poet», Greece & Rome 7 (1960), pág. 59, se pregunta si no acompañó también Lucrecio a todos ellos y vio en Asia las corrientes del Ponto descritas en V 507.
30 X y XXVIII.
31 Véase TH . J. CADOUX , «Memmius», The Oxford Class. Dict ., 19702 , pág. 618; y E. PARATORE , art. cit ., págs. 167-170.
32 A los famil ., XIII 1.
33 A. GERLO , «Pseudo-Lucretius», L’Antiquité Class . 25 (1956), págs. 41-72, propuso que ‘Lucrecio’ no fuera más que un pseudónimo de Ático, que al final vino a suicidarse por el sistema de ayunar.
34 EPICURO , Sent. Vat . 58.
35 Trist . II 433.
36 D. W. ROLLER , «Gaius Memmius, patron of Lucretius», Classical Philology 65 (1970), págs. 246-248.
37 Vid . R. KEEN , «Lucretius and his reader», Apeiron 19 (1985), págs. 1-10.
38 Vid . III 59-89 y V 1136-1160.
39 Vid . II 1150-1174.
40 Epicuro había dicho: «El sabio no se acercará a la política, a no ser que se interponga alguna circunstancia» (SÉNECA , Sobre el ocio III 2 = frag. 2 USENER ).
41 Así ARATO DE SOLOS (315-240) en los Fenómenos poetizó un tratado del astrónomo Eudoxo de Cnido (390-337). Comienza con un himno a Zeus (tal como el De rerum natura con otro a Venus).
42 Cf . OVIDIO , Trist ., II 471-490, donde se mencionan tratados poéticos sobre juegos de azar (tabas, dados) y de mesa (ajedrez, tres en raya), sobre los tipos de pelota y su manejo, sobre natación, uso del aro, cosmética, protocolo de los banquetes y visitas, alfarería y envasado de vinos.
43 I 936-950 = IV 11-25. El símil aparece por vez primera en PLATÓN , Leyes 659e. HORACIO acuñó su fórmula más conocida: miscere utile dulci .
44 «Lucrecio», apunta acertadamente M. VON ALBRECHT , «se mueve en un territorio poético inexplorado. Oscila entre la idea inspiradora indirectamente orientada sobre imágenes báquicas, pero secularizada a través del pensamiento de la gloria poética, y la concepción de un papel del poeta semejante al del médico» (Historia de la Literatura Romana , Barcelona, 1999, t. I, pág. 278).
45 DIÓGENES LAERCIO , X 6 = frag. 163 USENER . Cf . QUINTILIANO , XII 2, 24: «Antes que nadie Epicuro nos echa de su lado, pues ordena huir a vela y remo de todo sistema de enseñanza (omnem disciplinam)» .
46 Véase P. BOYANCÉ , Lucrèce et l’épicureisme , París, 1963. pág. 1.
47 Repúbl . X 600b.
48 «[Epicuro] rechaza en bloque toda la poesía considerándola mortífero sustento de mitos» (frag. 229 USENER ).
49 DIÓGENES LAERCIO , X 120. Sobre las relaciones entre poesía y epicureísmo véase E. PARATORE , art. cit ., págs. 173-179.
50 La única cita de un poeta que aparece en sus escritos se halla en la Carta a Meneceo 126; se trata de la famosa divisa del pesimismo acuñada por el elegíaco Teognis que proclama que lo mejor es no nacer o, de haber nacido, morir pronto (425-428).
51 El elogio algo irónico que le dedica Cicerón (Contra Pisón XXVIII 68) muestra que era bien conocido el año 55 a. C. Un repertorio de trabajos en torno a su figura recoge D. OBBINK (ed.), Philodemus and Poetry. Poetic Theory and Practice in Lucretius, Philodemus, and Horace , Nueva York, Oxford, 1995.
52 Véase sobre ello el excelente artículo de D. SEDLEY , «How Lucretius composed the De rerum nature» , en K. ALGRA , M. H. KOENEN , P. H. SCHRIJVERS , Lucretius and his intellectual Background , Amsterdam, Nueva York, 1997, págs. 1-19 (esp. el esquema de pág. 3).
53 DK 31B 3, 5; 31B 131.
54 DK 31B 132.
55 Véase D. J. FURLEY , «Variations on themes by Empedocles in Lucretius’ proem», Bull. Inst. Class. Stud. of London 17 (1970), 55-64.
56 Manifiesto sobre todo en el himno a Zeus de Cleantes.
57 SAFO I 2, 7-15, traducida por CATULO en su poema LI, inspira Sobre la nat . III 154-160.
58 Se refiere al pasaje lucreciano de I 312-314, vagamente inspirado en al fragmento de MELISO , DK 30 B8; cf . OVIDIO , Arte de amar I 473. Otros fragmentos de Meliso hablan de la eternidad (30 A5) y la infinitud de las cosas (30 B2).
59 A. DALZELL , «Lucrecio», en E. J. KENNEY , W. V. CLAUSEN (eds.), Historia de la Literatura Clásica. Vol. 2. Literatura latina , Madrid, Gredos, 1989, pág. 255.
60 Véase R. D. BROWN , Lucretius on Love and Sex , Leiden, Nueva York, Copenhague, Colonia, 1987, pág. 128.
61 En I 926-928 (= IV 1-3) reivindica su originalidad con imágenes características de la poesía alejandrina: caminos nunca hollados, manantiales intactos, flores frescas.
62 En este orden, lo que supone acaso que Lucrecio muere antes que Catulo (véase J. CASCAJERO GARCÉS , «Aproximación a la biografía de Lucrecio», Gerión 2 [1984], pág. 103, n. 11).
63 Traduzco de E. PARATORE , art. cit ., págs. 133-134.
64 Lucrecio incorpora desarrollos doctrinales de la escuela posteriores a Epicuro; algunos de ellos los analiza P. H. LACY , «Lucretius and the history of epicureanism», Transactions and Proc. of the Amer. Philol. Assoc . 79 (1948), págs. 12-23.
65 En tiempos mesiánicos, que son de zozobra, surgen sin falta los salvadores. Como lo expresa C. BAILEY : «For Lucretius it was for the ills of the soul that he needed a saviour and that saviour was Epicurus who to him was god: deus ille fuit, deus (V 8)» (»The mind of Lucretius», The Amer. Journal of Philol . 61 [1940], pág. 291).
66 Cicerón es claro al señalar que con el epicureísmo «Grecia e Italia … y todas las tierras exteriores (barbaria) están conmocionadas» (Del supremo bien y del supremo mal II 49).
67 Tusc . IV 3, 7.
68 Tusc . IV 3, 6.
69 Tusc . IV 3, 6-7.
70 En el epigrama de Antol. Palat ., XI 44, se ligan los nombres de Epicuro, Pisón y Filodemo.
71 F. L. LISI , «Lucrecio»…, pág. 94, que remite su aserto a EPICURO , frag. 226 USENER , y FILODEMO , De la vida de los dioses , col. III 14.
72 Sent. Vat . 74.
73 E. PARATORE , art. cit ., pág., 131.
74 SÉNECA , Cartas a Lucilio , XXIX 10 = frag. 187 USENER .
75 DIÓGENES LAERCIO X 117.
76 Véase G. CAMBIANO , «Lucrezio e la poesia filosofica», en G. CAVALLO , P. FIDELI , A. GIARDINA , Lo spazio letterario di Roma antica , Roma, 1989-1991, t. I, pág. 246.
77 «Mais en somme le hasard a bien fait les choses», reconoce después de señalar todo esto P. BOYANCÉ (Lucrèce …, pág. 1).
78 En un sentido literal o técnico para E. M. THURY , «Lucretius’ poem as a simulacrum of the rerun natura» …, pág. 271.
79 De los 7.416 versos que tiene la obra se emplean 545 en los prólogos (un 7,34% del total).
80 Sobre el aparente desarreglo de anunciar aquí (50-61) el tema del libro I antes del tema general (62-145), según el recurso típicamente lucreciano de la suspensión del pensamiento, véase J. CASCAJERO GARCÉS , art. cit ., pág. 109.
81 Véase discusión y bibliografía en E. PARATORE , art. cit ., págs. 162-167.
82 Traduzco de A. BARIGAZZI , «Lucrezio», en F. DELLA CORTE (dir.), Dizionario dei Scrittori Greci e Latini , Milán, 1990, vol. II, págs. 1284-5.
83 Así E. MC LEOD , «Lucretius’ carmen dignum», The Classical Journal 58 (1963), 145-156.
84 Léase II 167-183.
85 G. SANTAYANA , Tres poetas filósofos: Lucrecio, Dante, Goethe , Buenos Aires, 1943, pág. 30.
86 DK 68 A 69.
87 Un estudio de las expresiones de Lucrecio para estos conceptos en E. OTÓN SOBRINO , «Del azar y de la necesidad en Lucrecio», Cuadernos de Filol. Ital ., núm. extraord., (2000), vol.1, págs. 45-50, que concluye: «En Lucrecio, no existe un gran campo de maniobra para el azar o la fortuna. En cambio la necesitdad es proponderante» (pág. 50).
88 Como hace en IV 823-857 y V 146-234.
89 Así el aserto de Dante: Democrito che il mondo a caso pone (Inf ., IV 136). Con este verso arranca el libro de V. CIOFFARI , Fortuna and Fate from Democritus to St. Thomas Aquinas , Nueva York, 1935, págs. 1-15.
90 La expresión la tomo de E. PARATORE , art. cit ., pág. 128.
91 Carta a Pitocles 86-87.
92 La formulación es frecuentísima en los astrónomos y naturalistas medievales. Procede del bíblico Libro de la Sabiduría: «Todas las cosas las arreglaste según medida y número y peso» (omnia mensura et numero et pondere disposuisti [XI 21]).
93 Tanta statpraedita culpa (V 199).
94 Ut saeuis proiectus ab undis nauita (V 222-223).
95 Como señala A. DALZELL («Lucrecio» …, pág. 240), las disquisiciones sobre el origen y evolución del estado (V 1105-60), sorprendentemente radicales y especulativas, prescinden de la rica información que tenía disponibles un romano culto acerca de la constitución e historia de su propia respublica . Pero Lucrecio, con los epicúreos, quiere ir más atrás y aplicar el concepto de evolución natural a la cultura humana.
96 Carta a Pitocles 93.
97 La cuestión del progreso en Epicuro y Lucrecio puede aclararse en E. PARATORE , art. cit ., pág. 120, n. 5 (con bibliografía).
98 Sent. Vat . 59.
99 Entre las contradicciones y síntomas morbosos de Lucrecio se aduce el famoso proemio del libro II. Pero no hay modo de ver como una muestra de frío sadismo lo que es una versión sapiencial del tópico ‘Es dulce contemplar la tempestad desde tierra’. Así lo ve E. B. HOLTSMARK , «On Lucretius 2.1-19», Transactions and Proc. of the Amer. Philol. Assoc . 98 (1967), 193-204.
100 El azar y la necesidad [trad. de F. FERRER LERÍN ], Barcelona, 1981, cap. 2, pág. 53.
101 Las letanías de milagros y virtudes (‘aretalogías’) propias de los himnos sagrados obran en la lengua del prefacio según establece en detalle P. H. SCHRIJVERS , Horror …, págs. 180-184.
102 E. BICKEL , Historia de la Literatura Romana , Madrid, 1982, pág. 496.
103 Venus aparece en las monedas contemporáneas acuñadas con el nombre de los Memmii; véase B. K. GOLD , Literary Patronage …, pág. 198, n. 50.
104 La idea de introducir el viejo mito homérico de Venus y Marte pude llegarle a través de Empédocles, quien se cree que la aplicó a las dos grandes fuerzas de Amor y Discordia que dominan el universo 31 B17 DK).
105 31 B17, 24 DK.
106 Traducción del Abate Marchena. Los editores sospecharon muy pronto que algún copista tomó el pasaje de II 646-651, donde encaja mejor, y lo interpoló en I 44-49, pegado al himno de Venus, para poner a Lucrecio en contradicción consigo mismo.
107 Lo dice el malicioso OVIDIO (Cartas del Ponto IV 8, 55) para defender su oficio de poeta: «También los dioses, si es ley decirlo, están hechos de versos» (di quoque carminibus, si fas est dicere, fiunt) .
108 Frag. 229 USENER .
109 Es tradicional en la corriente de pensamiento derivada de la religión, o que vive con ella en pacto más o menos explícito, afirmar que los ataques de Lucrecio a la religión no son más que ataques a la superstición. Atenúa por ahí la irreligiosidad E. OTÓN SOBRINO , «Superstición y religión verdadera en Lucrecio», Cuadernos de Filol. Clás. (Est. Lat.) 12 (1997), 29-38; la acentúa en cambio K. SUMMERS , «Lucretius and the epicurean tradition of pity», Classical Philology 90 (1995), 32-57.
110 La fórmula no es invención de Epicuro, pues ya PLATÓN en el libro X de las Leyes (899d) rechazaba por impía la opinión de algunos que sostenían que los dioses, con ser reales y verdaderos, no se ocupaban en absoluto de las cosas del mundo y los hombres.
111 La igualación con la divinidad (homoíōsis theôi) es concepto de raigambre platónica, pero presente en Epicuro y Lucrecio: «Vivirás como un dios entre los hombres» (Carta a Meneceo 135) = nos exaequat uictoria caelo (Sobre la nat . III 79).
112 Hinc Acherusia fit stultorum denique uita (III 1023).
113 Véase III 978-1023. Estas ideas las retoman y hacen suyas los mitógrafos: «…confirmando Lucrecio que en nuestra vida se dan todas las cosas que se vienen imaginando sobre los infiernos (de inferis)» (Mitógr. Vat . 2, cap. 127, lín. 10).
114 Resalta este punto L. EDELSTEIN , «Primum Graius homo (Lucretius 1.66)», Transactions and Proc. of the Amer. Philol. Assoc . 71 (1940), 78-90.
115 Del supremo bien … I 19, 63.
116 I 62-79 es una condena clara e indubitable de la religión.
117 Carta a Meneceo , 123.
118 La religión romana aparece sólo tres veces, cuando alude a ritual fúnebre de la parentatio (III 51), al velo de las plegarias sacrificiales (V 1198) y a la consulta de los rollos etruscos en la procuratio prodigii (VI 381). Todas las otras referencias son más griegas que romanas.
119 Sent. Vat . 31.
120 B. P. WALLACH , en Lucretius and the Diatribe against the Fear of Death (De rerum natura 3, 830-1094) , Leiden, 1976, inserta el pasaje en el género de la diatriba (discurso que quiere corregir las conductas rutinarias pero erradas de los hombres), y no en el otro género de la consolatio (dirigido a aliviar la pena ante la muerte de un ser querido).
121 EPICURO , Sent. Vat . 47.
122 Sent. Vat . 41.
123 Sent. Vat . 19.
124 Algunos atribuyen una especie de integrismo racionalista a Epicuro: «Puede ser que los psicólogos modernos no acepten la cura de las pasiones propuesta por Epicuro y que juzguen a la razón incapaz de dominarlas, o que tal dominio sea inútil o simplemente dañino; pero nosotros deberíamos juzgar desde el punto de vista de Lucrecio, que cree firmemente en esa doctrina» (traduzco de A. BARIGAZZI , «Lucrezio», pág. 1275).
125 Sent. Vat . 18.
126 La insistencia de Lucrecio en los aspectos ilusorios del amor es clara para R. D. BROWN , Lucretius on Love … pág. 122.
127 DIÓGENES LAERCIO , X 27.
128 DIÓGENES LAERCIO , X 118.
129 E. J. KENNEY , «Doctus Lucretius», Mnemosyne 23 (1970), pág. 380.
130 Mediante la filosofía epicúrea, favorecedora de la vida y enfrentada al poder destructivo de la muerte, el poema armoniza estas confrontaciones, según W. S. ANDERSON , «Discontinuity in Lucretian Symbolism», Transactions and Proceeding of the Amer. Philol. Assoc . 91 (1960), 1-29.
131 Sobre el pesimismo lucreciano véase E. PARATORE , art. cit ., págs. 159-162.
132 SERVIO (Proem. ad Georg ., III 1), veía en esta figura una necesidad del género que el llama «didascálico» y viene a decir que Virgilio en sus Geórgicas se dirige a Mecenas, tal como Hesíodo a Perses y Lucrecio a Memio.
133 Un repertorio de los recursos argumentales en el extenso y esmerado trabajo de C. J. CLASSEN , «Poetry and rhetoric in Lucretius», Transactions and Proc. of the Amer. Philol. Assoc . 99 (1968), 77-118.
134 Nadie defiende ya un Lucrecio más dotado para la presentación pictórica de la doctrina que para el razonamiento lógico. El poeta visual de K. Büchner o C. Bailey se rehace como riguroso aunque peculiar argumentador en el artículo de E. ASMIS , «Rhetoric and reason in Lucretius», The American Journal of Philology 104 (1983), 36-66.
135 Una aproximación de Lucrecio y los catulianos predomina en L. FERRERO , Poetica Nuova in Lucrezio , Florencia, 1949.
136 Nunca átomos , que será en latín sobre todo corpus , mientras que parénklisis se recoge como clinamen . Otros tecnicismos: prolepsis = notities; epibolḗ tês dianoías = animi iniectus . Las únicas tres palabras griegas que adopta mediante pura transliteración son homoeomeria (I 830), harmonia (III 100) y prester (VI 424).
137 A. DALZELL , «Lucrecio» pág. 254.
138 Véase C. J. CLASSEN , art. cit ., págs. 87-92.
139 Un análisis del conjunto de ellas en A. RAUBITSCHEK , «Zu einigen Wiederholungen bei Lukrez», The American Journal of Philol ., 59 (1938), 218-223.
140 Un artículo de W. B. INGELLS , «Repetition in Lucretius», Phoenix 25 (1971), págs. 227-236, señala que Lucrecio compone en una suerte de estilo formulario que recuerda a veces el de la épica.
141 En defensa de Lucrecio se puede alegar que Epicuro ya era algo desordenado y reiterativo. Un discípulo renegado dice que «en las 37 secciones de su obra Sobre la naturaleza no hace más que repetirse» (DIÓGENES LAERCIO , X 7).
142 Como señala A. DALZELL , «Lucrecio» pág. 255.
143 Contextum (I 243), textura (I 247).
144 Fluitare (II 1011).
145 Genitalia corpora, semina rerum (I 58-59).
146 Conciliis et discordiis (II 120).
147 Es acaso el único poeta latino que utiliza una metáfora pictórica para describir un sonido (lepido …fucata sonore , I 644).
148 Es la figura que de broma ejerció Quevedo sobre la palabra ‘jerigonza’ en el soneto contra los poetas culteranos y latinizantes que empieza: «Quien quisiere ser culto en solo un día», y sigue: «la jeri aprenderá gonza siguiente».
149 Así en 1,452: seque gregari .
150 I 901.
151 IV 1054-1056. Otras etimologías están más escondidas. Por ejemplo superstitio , palabra que nunca usa, está en super … instans (I 65); mors quizá en la forma arcaica Mavors (según D. E. W. WORMELL , art. cit ., pág. 61).
152 He aquí unas pocas cláusulas lucrecianas que se han hecho célebres: tantum religio potuit suadere malorum (I 101); nullam rem e nilo gigni divinitus umquam (I 150); nil igitur mors est ad nos (III 830); mortalem vitam mors quom immortalis ademit (III 869); surgit amari aliquid (IV 1134); vitae postcaenia (IV 1186); consuetudo concinnat amorem (IV 1283).
153 Según CICERÓN , Cuest. Tusc . IV 7.
154 Carta a Heródoto , 36.
155 Varrón Reatino (116-27 a. C.), el gran erudito, había introducido materia filosófica de toda clase en sus Saturae Menippeae (véase A. ROSTAGNI , Letteratura …, vol. I, pág. 514).
156 Aunque algunas presuntas ingenuidades arcaicas son en realidad refinamientos, como se ha señalado por ejemplo «para la alternancia de sorsum, seorsum y sorsus en el ámbito de cuatro versos (IV, 491-494), que por otra parte debía parecerles a los lectores antiguos como una fineza de gusto particularmente ‘helenístico’» (M. VON ALBRECHT , Historia …, t. I, pág. 291).
157 Un excelente y compendioso trabajo sobre la pervivencia de Lucrecio es el artículo de M. VON ALBRECHT , «Fortuna europea de Lucrecio», Cuadernos de Filol. Clás. (Est. Lat.) 20 (2002), 333-361.
158 Para E. PARATORE (art. cit ., págs. 139) se trata de «la più tormentosa aporia presentata dalla storia della cultura latina in quel secolo».
159 Un repertorio de interpretaciones muy ponderado es todavía H. W. LITCHFIELD , «Cicero’s judgement on Lucretius», Harvard Studies on Class. Philol . 24 (1913), págs. 147-159. E. MENUET -GUILBAUT , «Lucreti poemata … Une lecture ironique du jugement de Cicéron», Bull. de l’Ass. Guilleaume Budé 1 (1991), 6-18.
160 De ello está convencido A. ROSTAGNI , Letteratura …, vol. I, pág. 531.
161 II 490-492.
162 A pesar de que la influencia de Lucrecio en ellas es innegable; véase C. MURLEY , «Lucretius and the history of satire», Transactions and Proc. of the Amer. Philol. Assoc . 70 (1939), 380-395.
163 Traducido de E. PARATORE , art. cit ., pág. 155.
164 Am ., I 15, 23-24; cf. Sobre la nat . V 95-96.
165 Explicat ut causas rapidi Lucretius ignis / casurumque triplex vaticinatur opus (Trist . II 425-426; cf. Sobre la nat . V 92-109).
166 PH . HARDIE , «The speech of Pythagoras in Ovid Metamorphoses 15: Empedoclean epos», The Class. Quarterly 45 (1995), 207-210, dilucida las influencias de Lucrecio, Ennio y Empédocles en el pasaje.
167 Epístolas morales a Lucilio 95, 11; 106, 8; 110, 6-7; Sobre la tranq ., 2, 14.
168 Epístolas morales a Lucilio 95, 10.
169 Véase R. POIGNAULT , «Les références à Lucrèce chez Quintilien, Fronton et Aulu-Gelle», en R. POIGNAULT (ed.), Présence de Lucrèce …, págs. 177-198.
170 Contra Joviniano II 11.
171 M. VON ALBRECHT , art. cit ., pág. 355.
172 «Es como si de nuevo refutara a Epicuro, pues a él pertencen todos los delirios de Lucrecio (quae delirat Lucretius)», (De opificio Dei VI 1).
173 W. SCHMID , «Lukrez und der Wandel seines Bildes», Antike and Abendland 2 (1946), 196 (cit. por E. PARATORE , art. cit ., pág. 204).
174 G. SOLARO , Lucrezio. Biografie …, págs. 93-122, recoge un repertorio de autores medievales que citan o se hacen eco de Lucrecio.
175 La etimología de superstitio (Etymol . VIII 3, 7) conecta de algún modo con la doctrina del poeta: «Pero Lucrecio llama ‘superstición’ a la de las cosas que ‘sobre-están’ (superstantium) , esto es, las celestiales y divinas que están sobre nosotros; pero habla sin razón».
176 Multa minuta … videbis / corpora misceri radiorum lumine in ipso , II 116-7. La fuerza del ejemplo explica acaso que en la lengua vulgar del Siglo de Oro el concepto de ‘átomo’ casi no se aplicara más que a estas pelusas. Así, el Dicc. de Aut . define ‘átomos’ como «las moticas que andan por el aire […] que sólo las vemos al rayo del Sol quando entra por los resquicios de las ventanas».
177 M. VON ALBRECHT , art. cit ., págs. 349-353, examina sorprendentes paralelismos en el texto de la Divina Comedia .
178 Es el autor clásico que se imprime menos: 4 ediciones hasta 1500 frente a 24 de Juvenal, 19 de Virgilio, 15 de HORACIO ; vid . C. GORDON , A Bibliography of Lucretius , Londres, 1962, págs. 47-52.
179 «An incompetent hot-head» (C. GORDON , A Bibliography …, pág. 15).
180 C. GORDON , A Bibliography …, pág. 16.
181 De amore , cap. VI (en AGOSTINO NIFO , Sobre la belleza y el amor , ed. de F. SOCAS , Sevilla, 1991, pág. 181).
182 Ibid . cap. VII, pág. 182.
183 Ibid . cap. XCVI, pág. 358.
184 Hay una edición perdida hecha en Nápoles en 1534. Junto con el De immortalitate animorum libri tres de Aonio Paleario (Lión 1536) se imprimieron como partes integrantes en la edición lucreciana de Daniel Paré (Frankfurt 1631).
185 C. GORDON , A Bibliography …, págs. 293-297.
186 Carm . I viii ‘Cicindela’ (Opera 1762, n.° 141, vv. 20-23).
187 Citado por D. SACRÉ , «Le premier Anti-Lucrèce de l’époque moderne? Aonio Paleario et son poème De animorum immortalitate (1535)», en R. POIGNAULT (ed.), Présence de Lucrèce …, pág. 347.
188 Hay edición crítica reciente de D. SACRÉ (Bruselas, 1992).
189 Véase D. SACRÉ , art. cit ., pág. 351.
190 F. A. YATES , Giordano Bruno y la tradición hermética , trad. de D. Bergadà, Barcelona, Ariel, 1983, pág. 284.
191 Cito por el ejemplar dela Biblioteca Nacional de Madrid [R. 2.217], cuya copia me cedió amablemente el prof. Juan Montero.
192 Citado por A. J. TRAVER VERA , «El sabio epicúreo en Lucrecio II 1-13: fuentes y recepción en los Siglos de oro españoles», en M. Á. MÁRQUEZ , A. RAMÍREZ DE VERGER , P. ZAMBRANO (eds.), El retrato literario. Tempestades y naufragios. Escritura y reelaboración , Huelva, 2000, pág. 453.
193 Texto y detalles en C. GORDON , A Bibliography …, pág. 153.
194 E. PARATORE , art. cit ., pág. 119.
195 Véase É. WOLFF , «L’utilisation du texte de Lucrèce par Gassendi dans le Philosophiae Epicuri Syntagma (1649)», en R. POIGNAULT (ed.), Présence de Lucrèce …, pág. 327, n. 1.).
196 Newton distancia atomismo y ateísmo: «La concepción (philosophia) de Epicuro y Lucrecio es verdadera y antigua, malamente desviada por ellos hacia el ateísmo». La cita se halla en A. W. TURNBULL (ed.), The Correspondence of Isaac Newton , Cambridge, 1961, vol III, pág. 335.
197 Véase M. BENÍTEZ , «Y a-t-il une philosophie clandestine? Le statut des copies manuscrites du De rerum natura», La Lettre Clandestine 7 (1998), pág. 365.
198 Quae irreligiosa aestimatur et impia (véase C. GORDON , A Bibliography …, págs. 90-92).
199 T. J. B. SPENSER , «Lucretius and the Sicientific Poem in English», en D. R. DUDLEY (ed.), Lucretius , Londres, 1965, págs. 134-135.
200 Theophrastus redivivus , ed. de G. CANZIANI y G. PAGANINI , Florencia, La Nuova Italia Ed., 1981.
201 Véase A. DEL PRETE «Entre Descartes et Malebranche: le ‘Traité de l’infini créé», en A. MC KENNA , A. MOTHU (eds.), La Philosophie clandestine à l’Âge classique , París-Oxford, Universitas-Voltaire Foundation, 1997, pág. 315.
202 C. FISCHER , Les aspectes philosophiques de la littérature érotique , en A. MC KENNA -A. MOTHU , (eds.), La Philosophie clandestine …, pág. 409.
203 M. BENÍTEZ , art. cit ., págs. 363-364.
204 M. BENÍTEZ , art. cit ., pág. 361, n. 13.
205 C. GORDON , A Bibliography …, pág. 22.
206 Véase M. BENÍTEZ , art. cit ., pág. 362.
207 La de Alessandro Marchetti publicada en Londres e incluida en el Índice de libros prohibidos al año siguiente. Circuló manuscrita poco menos que como obra clandestina desde 1669. Véase C. GORDON , A Bibliography …, págs. 194-196.
208 G. HIGHET , La tradición clásica , México, 1978, vol. II, pág. 65.
209 Para É. FLAMMARION , «L’Anti-Lucretius sive de Deo et Natura libri novem de Polignac», en R. POIGNAULT (ed.), Présence de Lucrèce …, pág. 365, la obra quizá fuera compuesta por algún colaborador del cardenal.
210 Se reeditó y tradujo a diversas lenguas; véase C. GORDON , A Bibliography …, pág. 300. Fue tan apreciado que un halagador Voltaire en su Temple du Goût saca a Lucrecio reconociendo ante el cardenal: «Tu m’as vaincu, je cède et l’âme est immortelle, / aussi bien que ton nom, mes Écrits et tes Vers».
211 «Todo amor es tormento sin salida: / si con fervor anhelas, te desvives; / si con tibieza, pierdes todo el gusto» (I 1058).
212 «Sobre la posibilidad de que un poeta como tal pueda tener un sistema» (obra de 1775), en G. E. LESSING , Escritos filosóficos y teológicos , intr., trad. y notas de A. ABREU , Barcelona, Anthropos , 1990, pág. 280.
213 tu uero dubitabis et indignabere obire? (III, 1045).
214 M. VON ALBRECHT , Historia …, t. I, pág. 306.
215 M. VON ALBRECHT , Historia …, t. I, pág. 305.
216 Eran oriundos de Ragusa-Dubrovnik pero afincados en Roma e italianizados. Véase C. GORDON , A Bibliography …, págs. 300-303.
217 Philosophiae…versibus traditae libri sex , Venecia 1744 y Roma 1747.
218 Philosophiae recentioris…versibus traditae libri decem , Roma 1755 (libros I-III) y 1760 (libros IV-VI), ambas ediciones con notas en prosa de Boscovich. La edición completa del poema no aparecería hasta 1792.
219 G. HIGHET , La tradición …, vol. II, págs. 167-168.
220 Citado por P. BOYANCÉ , Lucrèce …, pág. 325.
221 A. RUIZ DE ELVIRA «Decurso probe lumine vitae», Cuadernos de Filol. Clás. (Est. Lat.) 8 (1995), 295-298.
222 G. HIGHET , La tradición …, vol. II, pág. 213.
223 T. J. B. SPENSER , art. cit ., pág. 157.
224 G. HIGHET , La tradición …, vol. II, pág. 247, n. 57.
225 T. J. B. SPENSER , art. cit ., pág. 163.
226 Aparece por vez primera en la ‘Vida’ lucreciana de Giovanni BATTISTA PIO (1511) y su nombre cambia a veces en Lucilia y Lucía; véase G. SOLARO , Lucrezio. Biografie …, págs. 14-15 y 46-47. Pomponio Leto (1492) le inventa a nuestro poeta un amante efébico: Asterico (ibid . págs. 12 y 27).
227 Las citas proceden de VICTOR HUGO , Guillermo Shakespeare [traducción de A. AURA BORONAT ], Madrid, Saturnino Calleja, 1880, pág. 99. En esta misma obra se emite un juicio entreverado de fantasías místicas y aseveraciones certeras: «Júpiter está en Homero, Jehová en Job, en Lucrecio aparece Pan. […] Llevó a tal grado la simplificación del universo, que casi lo aniquiló. […] Ganoso de conocer la región sombría, se embarca en el ataúd y, desatando por sí mismo la amarra, empuja con el pie esta barca oscura, a la cual mece desconocido oleaje» (libro II, cap. 2, secc. 6, págs. 50-52).
228 Eadem sunt omnia semper (III 945).
229 Intentó hacer una poesía que expresara los valores y conquistas de la ciencia en Le prisme (1886). Se ocupó de problemas morales en La Justice (1878) y Le Bonheur (1888). Todo, como se ve, more Lucretiano .
230 M. VON ALBRECHT , Historia …, t. I, pág. 305.
231 G. FLAUBERT , Correspondence , Troisième série (1854-1869), París, 1910 (citado por M. DE UNAMUNO , Del sentimiento trágico de la vida , cap. V).
232 Señalado por D. SACRÉ , art. cit ., pág. 355.
233 El pasaje más llamativo es el que habla de la selección de las formas mejor adaptadas a partir de otras inviables o monstruosas (V 837-877).
234 «Du poème De la Nature: l’antilucrèce chez Lucrèce», en Études sur la poésie latine I, París, 1868. D. E. W. WORMELL , art.cit ., pág. 54, ratifica que el opúsculo debería más bien titularse «L’anti-Patin chez Patin».
235 W. FAUTH , «Divus Epicurus. Zur Problemgeschichte philosophischer Religiosität bei Lukrez», Aufstieg und Niedergang der römischen Welt I 4 (1973), pág. 211.
236 Del sentimiento trágico de la vida , cap. V («La disolución racional»).
237 Pienso en el poema de JOAQUÍN M.a BARTRINA (1850-1880) «De omni re scibili», muy popular en tiempos. La típica pugna de razón y sentimiento se expresa al final como derrota de la fanfarronería científica: «Todo lo sé, del mundo los arcanos / ya no son para mí / lo que llama misterios sobrehumanos / el vulgo baladí… / Mas, ay, que cuando exclamo satisfecho ‘todo, todo lo sé’, / siento aquí, en mi interior, dentro mi pecho, / un algo, un no sé qué…».
238 «Lucrecio» del poemario Grafitos (París 1937).
239 Trad. de J. FERRATER MORA , Buenos Aires, Losada, 1943, pág. 35.
240 TH . MOMMSEN , Historia de Roma [trad. de A. GARCÍA MORENO ], Madrid, Turner, 1983, cap. XII, t. VIII, pág. 401.
241 C. GORDON , A Bibliography …, pág. 253.
242 W. RÖSLER , «Vom Scheitern eines literarischen Experiments. Brechts ‘Manifest’ und das Lehrgedichtt des Lukrez», Gymnasium 82 (1975), 1-25.
243 Queneau juega con el epíteto lucreciano genetrix y con los vocablos franceses bandit («bandido») y bander («empalmarse»).
244 M. VON ALBRECHT , Historia …, t. I, pág. 299.
245 Todavía el atomismo experimental y cuantificado de John Dalton (1766-1844) es en gran parte idéntico al de Lucrecio (átomos indivisibles e invariables, cuerpos compuestos de átomos diferentes, identidad de todos los átomos de una sustancia pura, redistribución de átomos en las reacciones químicas). Véase F. J. OLIVARES DEL VALLE , Noción de átomo y su historia , Cáceres, 1998, págs. 219-221.
246 Véase una interesante discusión del caso en D. ARMSTRONG , «The impossibility of mathesis: Philodemus and Lucretius on form and content of poetry», en D. OBBINK (ed.), Philodemus …, págs. 224-225.
247 En I 197, 824 y 912; II 688 y 1013-1018.
248 Hay edición facsimilar de los dos manuscritos: É. CHÂTELAIN , Lucretius Codex Vossianus Oblongus phototypice editus , Leiden, A. W. Sijhoff, 1908. El Quadratus se reprodujo con los mismos datos editoriales el año 1913.
249 Lucrecio, De la realidad , Zamora, 1997, pág. 42.
250 A quien se atribuye una recensión del De rerum natura; véase. S. BODELÓN , «Tradición indirecta en Lucrecio»…, pág. 48.
251 Cada vez que la tradición de los manuscritos italianos difiere del texto del Oblongus , o se trata de un error involuntario o de una lectura conjetural. Carecen, pues, de elementos propios y no cabe utilizarlos para reconstruir el arquetipo. Véase G. F. CINI , «La posizione degli ‘Italici’ nello stemma lucreziano», Atti e Mem. dell’Accad. Toscana La Colombaria 41 (1976), 115-169.
252 Ve trazas de cuarenta versos de Lucrecio en papiros de Herculano K. KLEVE , «Lucretius in Herculaneum», Cronache Ercolanesi 19 (1989), 5-27; cf . W. SUERBAUM , «Herculanensische Lukrez-Papyri», Zeitschrift für Papyrologie und Epigraphik 104 (1994), 1-22.
253 Pueden leerse las de Pomponio Leto (ante 1492), Girolamo Borgia (1502), Pietro del Riccio Baldi (1505), Giovanni Battista Pio (1511), Pietro Candido (1512), Giglio Gregorio Giraldi (1545), Hubert van Giffen (1565/66) y Dénis Lambin (1570) en el excelente repertorio de G. SOLARO , Lucrezio. Biografie …, págs. 25-89.
254 Véase en nuestra Bibliografía los apartados b) 2 y d) 2.
255 M. FERGUSON SMITH hace una crítica injusta (acusa a García Calvo, que es capaz de componer hexámetros lucrecianos indistinguibles del modelo, de estar falto de «a good feeling for Lucretius’ lenguage and style») y sesgada (todo el peso de la censura se descarga sobre los errores de atribución de las variantes en el aparato crítico) en su artículo «A mass of dross and one particle of gold: observations on a new text of Lucretius», Prometheus 26 (2000), págs. 233-240.
256 Impreso en la Librería Militar de Gibraltar , 1825, págs. 21-34.
257 Gibraltar, 1828, y Madrid, Imp. Ribadeneyra, 1861. Vid . E. HERREROS TABERNERO , «Lucrecio y otras fuentes en el Poema físico-astronómico de Gabriel de Ciscar y Ciscar», Cuadernos de Filol. Clás. (Est. Lat) 8 (1995), 281-293. Más sobre este autor en E. LA PARRA LÓPEZ , El regente Ciscar. Ciencia y revolución en la España romántica , Madrid, 1995.
258 Poesía latina , Lima 1883, págs. 1-13 y 49-54.
259 Poesías originales y traducciones poéticas , Lausana, Imprenta G. Bridel et C.a , 1899, págs. 307-312.
260 Estudios poéticos , Santander, Imp. C. de V. Saiz, 1878, págs. 45-49.
261 R. PÉREZ DE AYALA , muy apropiadamente, escogió este lema para encabezar la parte de su novela A. M. D. G . que trata de amores (véase ed. en Madrid, Cátedra, 1983, pág. 251, donde, por cierto, el intrépido editor romancea la expresión como ¡«ser amado por algo»!).
262 Según M. MENÉNDEZ PELAYO , Biblioteca de traductores españoles , Madrid, 1952, vol. II, pág. 339.
263 Esta frase final parece una versión algo alocada de dias in luminis oras . El poema fue editado con el n.° XIV de las «Poesías filosóficas», en ALBERTO LISTA , Poesías , Madrid 1822 y París 1854.
264 M. MENÉNDEZ PELAYO , Bibliografía hispano-latina clásica , Madrid, C.S.I.C., 1950-1953, vol. VII pág. 78.
265 Una copia manuscrita lleva la fecha de 1791, pero la primera edición es de 1892-96. M. MENÉNDEZ PELAYO conoció la obra en un manuscrito signado con las iniciales D. J. R. M. C. (Biblioteca …, vol. I, pág. 102) y sólo luego atribuyó a Marchena la traducción con pocas dudas (ibid ., vol. III, pág. 18).
266 Biblioteca …, vol. I, pág. 104.
267 Carta al Dr. D. Joaquín Araujo: «Sepa Vd. (aquí en secreto) que yo amo mucho a Lucrecio y lo tengo por un genio extraordinario…» (cit. por M. MENÉNDEZ PELAYO , Bibliografía …, vol. VII pág. 102).
268 Versión libre de per te quoniam genus omne animantum / concipitur (I 4-5).
269 Véase el apartado e) de la Bibliografía.
270 Lucrecio. De la natura de las cosas , México, UNAM, 1984.
271 Reseño estos dos libros que no he podido ver: J. D. MACHADO FERRAZ , T. Lucrécio Caro. Da natureza das cousas traduzido em verso , Lisboa, Mr. Rolland, 1850; A. J. LIMA LEITÃO , A natureza das coisas, poema de Tito Lucrécio Caro traduzido do original latino para verso Portuguez, Lisboa, impr. de Jorge Ferreira de Mattos, 1851-53, 2 vols.
272 J. BALCELLS , Lucreci. De la natura . Volum I. Text i traducció …. Barcelona, Editorial Catalana S. Α., 1923 + Vol II, Barcelona, Fundació Bernat Metge, 1928.
273 Lukrezio, Gauzen izaeraz , Bilbao, Klasikoak, 2001. La versión es de X. AMURIZA ZARRAONAINDIA y lleva un prólogo de J. R. ARANA MARCOS .