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V. REFLEXIÓN FINAL

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La tecnología ha transformado nuestra sociedad en todos sus aspectos, y el proceso de cambio se ha acelerado tras la pandemia, pero ¿en qué dirección?

Si se mira con perspectiva lo acontecido en el ámbito tributario, podría decirse que en este campo la Agencia Tributaria ha venido trazando la hoja de ruta. Lo cual, por otra parte, ha contribuido a crear una cierta cultura digital en nuestra sociedad generando un clima de confianza en el uso de los servicios electrónicos ofrecidos a los ciudadanos.

La potente Agencia Tributaria electrónica, si ya contaba con condiciones favorables para impulsar novedades tecnológicas avanzadas, tras la pandemia se encuentra con un horizonte bastante despejado para crecer tecnológicamente. La labor de concienciación sobre las ventajas de la relación electrónica se ha simplificado notablemente durante el largo confinamiento impuesto por el estado de alarma para contener la COVID-19. Como ya se ha visto, el arranque de la campaña de IRPF 2019 en este periodo constituye un éxito de la AEAT.

Los ciudadanos, cerradas las oficinas de las Administraciones Públicas por el confinamiento, han podido relacionarse por medios electrónicos. Esta circunstancia también ha dado lugar a un cambio normativo en la LGT para introducir las videoconferencias en las actuaciones desarrolladas en el marco de la aplicación de los tributos.

La realidad vivida admite muchas lecturas. En algún momento de estas páginas se ha señalado que la tendencia de las Administraciones tributarias a simplificar la comunicación con el contribuyente conduce a que se plantee como un éxito que el cumplimiento de las obligaciones tributarias se consiga con un click a través una aplicación instalada en un dispositivo móvil. Pero este planteamiento no deja de ser inquietante. La utilización de una aplicación alojada en el dispositivo móvil de un contribuyente para la presentación de la declaración del IRPF a golpe de click no significa necesariamente una mejora del estatuto del ciudadano en una sociedad digital.

Las ventajas de la tecnología no pueden eclipsar los riesgos que la misma entraña para los usuarios. Desde este punto de vista, se hace necesario revisar el marco regulatorio actual para fortalecer la posición de los ciudadanos y equilibrar las relaciones con la Agencia Tributaria electrónica.

Estudios en homenaje al profesor Luis María Cazorla Prieto

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