Читать книгу Psicoterapia Integrativa EIS - Roberto Opazo - Страница 28
Conocimiento, ciencia y teoría
ОглавлениеSe podría sostener que las teorías, en "macro-física", pueden ser predictivas y precisas; el objeto de estudio de la "macro-física" funciona en un contexto de regulaciones y de leyes precisas. Sin embargo, puesto que en la dinámica psicológica puede ocurrir "cualquier cosa", cualquier teoría puede resultar igualmente explicativa. Veremos que, no obstante, las múltiples diferencias entre la física y la dinámica psicológica, ésta dista mucho de funcionar de un modo aleatorio o caótico.
La ciencia, procura avanzar encontrando orden en medio del desorden. Descubriendo aquellas regularidades que se esconden detrás de los fenómenos, con el objeto de enriquecer su comprensión, predecir su ocurrencia, y posibilitar la aplicación de esos conocimientos en el plano de la acción. Seguidamente la tecnología, se vale del conocimiento científico, trasladando comprensión y predicción a los niveles aplicados y concretos.
La ciencia involucra una actitud, un método de investigación, un cuerpo de conocimientos y una fuente de aplicaciones prácticas. La actitud científica se relaciona con curiosidad, con pasión por explorar y comprender los cómo y los porqué; con apertura, falta de prejuicios, búsqueda, escepticismo, humildad, imparcialidad. El pensamiento crítico, y la autocrítica, están muy ligados a la actitud científica; e involucran un no aceptar pasivamente argumentos y conclusiones.
La metodología científica apunta a la verificación de las teorías explicativas, vía observación, génesis de nuevos datos, formulación de nuevas hipótesis precisas y falseables, verificación de esas hipótesis vía observación, vía experimentación, réplicas, seguimientos, etc. Todo, apuntando a la autocorrección, a la superación de errores de evaluación, de subjetivismos, de deseos personales, de sesgos.
El cuerpo de conocimientos científicos, involucra un ir decantando lo investigado. En la línea de ir acumulando un conocimiento explicativo, el cual es probabilístico. Y, como lo señalamos, el conocimiento que se va acumulando es falseable, verificable, autocorrectivo, replicable, enriquecible, modificable…
Como lo explicitábamos también, el conocimiento científico nutre las aplicaciones prácticas… aun cuando la ciencia privilegia el conocer por sobre el uso tecnológico.
Para la ciencia, resulta fundamental el diálogo entre el observar y el teorizar. Las "buenas" teorías no surgen de la mera especulación; surgen de observaciones acuciosas. Es así como, de la observación, van surgiendo ciertos supuestos acerca de cómo operan los fenómenos. Estos supuestos e intuiciones se van elaborando y precisando; y se van transformando en hipótesis. Cuando la observación sistemática verifica esas hipótesis, se empieza a acumular conocimiento, el que a su vez es fuente de nuevas reflexiones y conexiones y sirve de base para ir generando teorías más abstractas. En suma, la observación es fuente de teorías, las teorías nos orientan en la génesis de nuevas observaciones, las que a su vez van enriqueciendo las teorías.
Se ha señalado que los datos "crudos" reunidos por nuestros sentidos, no son directamente inteligibles tal cual se presentan. "Ligarlos, tejerlos en una estructura que permita entenderlos, requiere de un paso intermedio, un paso que llamamos teoría" (Davies, 1992, p. 79).
Una teoría, es un conjunto de afirmaciones y supuestos, usados para explicar los datos en un área determinada (Marx y Goodson, 1976). Una teoría, "es un principio o cuerpo de principios inter-relacionados, que se propone explicar o predecir un número de fenómenos inter-relacionados" (apa, Dictionary of Psychology, 2007, p. 934).
A partir del aporte de diversos autores, es posible explicitar que una teoría, pretende explicar el porqué de la ocurrencia de un hecho o fenómeno. Al esclarecer reguladores, la teoría contribuye a la predicción de los hechos. Al precisar las áreas de influencia, una teoría contribuye a guiar la investigación. Al organizar hechos aislados, una teoría simplifica las cosas. Al conectar puntos observados, las teorías revelan un cuadro coherente. Al aportar predicciones precisas, las teorías enriquecen el conocimiento aplicado.
Como lo señalaba, más adelante nos detendremos en temáticas epistemológicas; por ahora, solo haremos algunos alcances… indispensables aquí. Por relativa que sea nuestra opción al conocimiento, asumiremos que unas percepciones son mejores que otras, unas hipótesis son mejores que otras, unas investigaciones son mejores que otras, unos datos son mejores que otros y… unas teorías son mejores que otras. Y, en el ámbito aplicado, asumiremos que unas estrategias clínicas son mejores que otras. Consideraríamos absurdo sostener que "da lo mismo lo que se haga con cada paciente".
En el ámbito clínico, las mejores teorías involucran una mejor lectura de los datos aportados por la investigación. Permiten predecir mejor la ocurrencia de problemáticas clínicas. Y permiten enriquecer el conocimiento aplicado, en nuestro caso, la psicoterapia. De una teoría "débil" se deriva una psicoterapia "débil". De una mala "teoría", se deriva una "mala" psicoterapia. De una mejor teoría se deriva una mejor psicoterapia.
Las teorías explicativas, pueden ser propuestas con distinto grado de precisión; y en diferentes niveles de complejidad y de abstracción. Desde una simple opinión explicativa, hasta un planteamiento sistemático; acerca de las "reglas explicativas que explican" un fenómeno. Como lo señalábamos, en el territorio de las teorías científicas, las hipótesis más específicas y puntuales, una vez verificadas, contribuyen a identificar regularidades y leyes, y a ir generando teorías más abstractas.
De este modo, y dado lo complejo del tema, resulta deseable abundar algo más en el concepto de teoría. En un sentido más "macro", las teorías son conjuntos de leyes o de regulaciones conectadas deductivamente. Implican una integración de conceptos, definiciones y proposiciones, relacionados entre sí; y que permiten la explicación y la predicción de los fenómenos. Las teorías científicas, entonces, son una conexión de hipótesis, regulaciones y leyes en redes sistemáticas, que procuran describir y predecir gamas más amplias de eventos.
La pregunta de rigor se refiere, ahora, al real aporte de las teorías. ¿No será parte de una "mala" teoría el pensar bien de las "buenas" teorías?
Aun cuando esté "de moda" el descalificar las teorías, no estamos dispuestos a compartir esa moda.
Como lo señalábamos en el capítulo anterior, está claro que una teoría difusa, reduccionista, poco predictiva, y alejada de la práctica clínica, dista mucho de constituir un aporte. Una tal teoría, solo contribuye a aprisionar, a desorientar, a empobrecer, a "aburrir".
En un sentido de fondo, entonces y como lo hemos señalado, abogamos por una teoría sólida, fundamentada, completa, orientadora y práctica. No abogamos por una "entelequia" teórica, que navegue entre las galaxias; abogamos por una macro-teoría-práctica, realmente orientadora y efectiva del conocer y del hacer.
La función e importancia de las teorías no pareciera ser menor. Se ha señalado que "en el diálogo entre teoría y experiencia, la teoría siempre tiene la primera palabra. Determina la forma de la pregunta, y así le pone límites a la respuesta" (Jacob,1975,p.15). Adicionalmente, el propio Einstein señalaba que la teoría determina lo que vamos a observar. Y se ha señalado también, que es la teoría la que determina el método. En estos sentidos, podríamos decir que la teoría constituye una guía, tanto para la observación como para la investigación.
Se ha sostenido, asimismo, que "todas las ciencias valoradas cuentan con principios organizativos que, además de proponer orden, proporcionan la base para formular hipótesis y estimular nuevo conocimiento" (Millon y Davis 2000, p. 191). A contrario sensu, la ausencia de teoría nos dejaría a merced de la desorganización y del desorden.
Nada es tan práctico como una buena teoría, decía Kurt Lewin (Lewin, 1951). La ausencia de teoría conduce a la ausencia de una pauta guiadora, que ayude a organizar el proceso y a generar progreso. No resulta aventurado asumir que los datos "sueltos" aportan menos que los datos organizados o sistematizados: "La comprensión científica requiere más que hechos. Requiere análisis teórico e interpretación de los hechos, y de una posterior verificación de estos análisis e interpretaciones, a través de estudios bien construidos" (Orlinsky, Grawe y Parks, 1994, p. 361). En otras palabras, y como lo han señalado Lezenger y Clarkin (1996), los datos sin teoría llevan a la confusión y a la incomprensión. O bien, como lo ha señalado Henri Poincaré (1898): "Una casa está hecha de ladrillos, así como la ciencia está hecha de datos. Sin embargo, un montón de ladrillos no es una casa, así como un montón de datos no es ciencia".
En el ámbito específico de la psicoterapia, una teoría no puede constituirse en una mera formulación abstracta, lejana a los hechos que pretende explicar. Por el contrario, la psicoterapia requiere de una teoría-práctica, capaz de orientar realmente el trabajo aplicado del psicoterapeuta; y capaz de contribuir al proceso de cambio del paciente. En psicoterapia, una teoría aporta una perspectiva consistente acerca de la conducta humana, acerca de la psicopatología, y acerca de los mecanismos del cambio terapéutico.
Una teoría, en psicoterapia, contribuye a describir el fenómeno clínico, delimita la cantidad de información relevante, organiza esa información, e integra todo en un cuerpo coherente de conocimiento […] que otorga prioridades a nuestra conceptualización y dirección a nuestro tratamiento. El modelo de ser humano involucrado dentro de una orientación teórica en psicoterapia, no es meramente un asunto filosófico para puristas. Afecta cuáles capacidades humanas serán estudiadas y cultivadas, y cuáles serán ignoradas y no desarrolladas. Los tratamientos, inevitablemente, son una consecuencia de la concepción subyacente acerca de la psicopatología, salud, realidad, y acerca del proceso terapéutico (Prochaska y Norcross, 2007, p. 5; las negrillas son nuestras).