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Repercusiones clínicas
ОглавлениеEn el ámbito de las repercusiones clínicas del realismo epistemológico, personas como Watson y Skinner, por ejemplo, aparecen como particularmente realistas. Ambos postularon que la dinámica psicológica humana está sujeta a las mismas leyes y mecanismos que los procesos físicos. Conocida es la disputa que Skinner sostuvo con Chomsky, en la cual este último argumentó que las actividades lingüísticas son creativas y configuran reglas que ningún conductista puede explicar.
Como lo sostiene Polkinghorne (1992), "Freud y Jung escribieron como si estuvieran aportando descripciones que reflejaban con precisión el real funcionamiento interno de la psiquis; Rogers, como si estuviera describiendo las reales operaciones de un SELF sustancial; y Skinner, como si los mecanismos del aprendizaje que él presentaba, fueran descripciones precisas de las dinámicas humanas reales" (p. 155).
Y, aunque muchos clínicos han enfatizado el rol de lo subjetivo, ello no ha involucrado una renuncia al realismo. "Incluso el movimiento de terapia humanista propuesto por Rogers, un movimiento que enfatiza una perspectiva única, subjetiva, para la terapia individual de cada cliente, propone sin embargo perfectas leyes generales de la causación y resolución de los problemas, leyes que, más aun, son tomadas como plenamente realistas" (Held, 1995, p. 21).
Y más allá de los autores citados, la abrumadora mayoría de los psicoterapeutas han adscrito y adscriben a algún tipo de realismo. Esto involucra asumir que yo existo, que mis pacientes existen, que sus sufrimientos existen… los cuales a su vez requieren de soluciones que sí existan. Involucra asumir que el terapeuta – quien dedica su vida laboral a su profesión – sabe más que el paciente, al menos en el ámbito de la psicoterapia. Involucra asumir que la realidad es fuente nutritiva del conocimiento, y que lo que le ha acontecido a millones de seres humanos, a través del tiempo, puede aportar información útil para ayudar al próximo paciente. Involucra, entonces, que el psicoterapeuta es un especialista, que dispone de los conocimientos que ha acumulado su disciplina a través de los años, como para poner esos conocimientos al servicio de sus pacientes. E involucra, finalmente, que el terapeuta podrá ir corrigiendo sus estrategias clínicas, en función de los resultados que vaya percibiendo a través de las respuestas de sus pacientes. En este contexto, las técnicas del psicoterapeuta no poseen un valor "per se", sino en función del efecto real que son capaces de producir en cada uno de sus pacientes. En suma, la realidad emerge como la gran fiscalizadora de la calidad del conocimiento y del accionar del terapeuta. La realidad ejerce el rol de poner los límites, y pasa a ser fuente de humildad… al ir mostrando los verdaderos alcances y limitaciones del conocimiento en clínica y del proceso psicoterapéutico.
Para quienes asumen una postura "realista", la realidad se puede mostrar como "cerca", de maneras incluso paradójicas.
La avenida que hemos titulado "La Realidad está Cerca" ha sido recorrida, en su máxima extensión, por una de las mentes más brillantes que la humanidad puede exhibir: Albert Einstein. Contrariamente a lo que se pueda creer, el autor de la "Teoría de la Relatividad" era muy "realista", en el sentido que asumía que la realidad no tan solo existe, sino que también es "cognoscible" y "descubrible" para los seres humanos. Y, a pesar de la "relatividad" de sus comportamientos, Einstein consideraba a la materia y al universo… menos "multiverso" de lo que se pudiera pensar.
En 1915, a través de su "Teoría General de la Relatividad", Einstein postuló que existían – en el universo – las "ondas gravitacionales". Puesto que estas son débiles – y en la época de Einstein eran totalmente "invisibles" e "inaudibles" – Einstein se mostró escéptico acerca de la posibilidad de constatar empíricamente la existencia de estas ondas.
El 11 de febrero de 2016 David Reitze, director del ligo – Observatorio de Interferometría Láser de Ondas Gravitacionales, con sede en el estado de Washington y en Louisiana, eua – comunicó que "hemos detectado las ondas gravitacionales… lo hicimos". El hallazgo fue considerado, de inmediato, como un hito revolucionario en el estudio del universo. En palabras de Stephen Hawking, "la detección de las ondas gravitacionales abre la puerta a una nueva forma de mirar el universo".
El hallazgo fue publicado, en la "Physical Review Letters", el mismo 11 de febrero de 2016. A través del sofisticado instrumental desarrollado por ligo, y con la colaboración de más de mil científicos de todo el mundo, se lograron registrar ondas gravitacionales generadas por el choque de dos agujeros negros, de una masa equivalente, cada uno, a treinta soles como el "nuestro". Este choque se produjo hace 1300 millones de años, y el registro en la tierra se produjo el 14 de septiembre de 2015.
El hallazgo se produce por vías tecnológicas diferentes a la habitual observación por telescopio; esto involucra "observar" a través de una metodología distinta al uso de la luz. Involucra una especie de "cambio 2" en términos metodológicos, y permitirá conocer "incluso los vestigios del universo primordial durante el Big Bang", en las palabras de Stephen Hawking.
De este modo 100 años después, la predicción de Einstein es verificada; de una manera tal, que cuenta con el aval prácticamente unánime de los astrofísicos del mundo.
Pero ¿cómo llegó Einstein a formular su predicción? ¿Lo hizo por la vía de la "libre asociación"? ¿Es que invocó al "espíritu de Newton"? ¿Es que Einstein tan solo se "autoobservaba" y solo podía percibir cambios en su propia biología, y nada más allá de esta? ¿Es que los cambios en el aparataje perceptivo de Einstein no le permitían conocer nada de la realidad que ansiaba conocer? ¿O es que Einstein se limitó a elucubrar – inventando y no descubriendo – y asumiendo como válido algo que podía tranquilizarlo?
De ser válidas las epistemologías agnósticas o constructivistas radicales, Einstein jamás habría podido predecir con exactitud la existencia de hechos, de comportamientos de la materia o de reguladores del universo. Menos aun podría demostrar que las leyes del universo no son "multiversas"; paradójicamente son las mismas en cualquier lugar del universo. Si asumimos que Einstein estaba inmerso en su propio determinismo estructural, o si asumimos que el mundo subjetivo de Einstein "contaminaba" sustancialmente sus percepciones… no habría podido plantear predicción precisa alguna.
Asumamos que "descubrir" es distinto de "inventar". El descubrir involucra un acceso cognoscitivo preciso, a aquello que se está descubriendo.
La predicción de Einstein no calza con un "solo sé que nada sé". Por el contrario, involucra un conocimiento profundo de la realidad, del comportamiento de la materia, y de las leyes que regulan ese comportamiento. La predicción precisa de Einstein hace que se "derrumbe la estantería" de las epistemologías "ultra escépticas" o bien "ultra agnósticas". Salvo que se nos diga que la predicción no fue en absoluto precisa, que todo son puros inventos, que ni siquiera podemos saber si el propio Einstein existió a no… o cosas de esa índole.
En un sentido de fondo Albert Einstein nos demuestra que, más allá de las muchas veces en que nos equivocamos, y más allá de cualquier especulación filosófica, los humanos somos capaces de conocer la realidad de una manera no menor. Puntos para el "Cuando la Realidad está Cerca".
Hemos visto que existe una distancia física a la que hemos propuesto agregar la "distancia psíquica". En el caso de la predicción de Einstein podríamos agregar el concepto de "distancia epistemológica". Y precisamente este caso demostraría que, así como las distancias físicas no suelen coincidir con las distancias psíquicas, tampoco las distancias físicas coinciden con las distancias epistemológicas. En este caso, la realidad estaría epistemológicamente cerca, aun cuando – paradójicamente – la realidad investigada se encuentre situada a 1300 millones de años luz de distancia física.