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Paralelismo entre Abrahán y el Mesías

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Acabamos de afirmar que la interpretación de «la fe de Jesús, el Mesías» se basa en la existencia de un paralelismo entre la forma de proceder de Abrahán y la que debe tener el nuevo creyente por imitación del Patriarca. En efecto, algunos estudiosos defienden que entre el comportamiento de Abrahán y el del Mesías hay un estricto paralelismo puesto que los dos actúan según un mismo patrón. Abrahán es fiel a Dios cuando acepta el sacrificio de Isaac, a pesar de que era muy consciente de que Dios le había prometido que se cumplirían las bendiciones a través de la descendencia de ese hijo, que en ese momento va a ser sacrificado. El Mesías es fiel al designio divino obedeciendo hasta la muerte en cruz (Flp 2,8) y esa fidelidad estaba moldeada siguiendo la fidelidad de Abrahán Y de ello se deduce que el gentil, para ser justificado/absuelto, debe operar según ese mismo patrón: imitar la fidelidad de Abrahán y de Jesús. Luego es la fidelidad la que opera la justificación y no la fe.

Pero el conjunto del pensamiento paulino no parece sustentar este presunto paralelismo Abrahán-el Mesías: no hay ningún texto paulino que lo abone. El único paralelismo en al ámbito de la historia de la salvación construido claramente por Pablo no es entre Abrahán y el Mesías, sino entre el primer y segundo Adán, y este paralelismo se constituye por acciones precisamente antagónicas: desobediencia el primero, que produce pecado y muerte; obediencia el segundo, cuyo Espíritu produce vida. El paralelismo que sí aparece en Pablo es el de Abrahán y el creyente:

En Abrahán el proceso es palabra-promesa de Dios/creencia por parte de Abrahán /justificación por haber creído o confiado en Dios.

En el creyente: proclamación del evangelio de Dios y su mesías/el gentil cree en ese mensaje/el gentil recibe la justificación.

Esta argumentación se confirma con la tesis paulina expresada claramente en Rm 4,5 y 5,6 que Dios «justifica/absuelve al impío». No puede haber paralelismo entre el impío Abrahán (porque por hipótesis aún no está justificado), pero que cree/confía en Dios y el Mesías que es el único ser sin pecado, según Pablo.

De esta doctrina de «fe más fidelidad» igual a «obras» se deduce que el dilema, u oposición entre fe y obras es falso para Pablo. Sostener o practicar el libertinaje ético sería no entender el pensamiento de este, quien defendía ardorosamente que, a partir del momento de haber sido justificado/absuelto por Dios, comenzaba para el converso a la fe en Jesús, ya fuera judío o gentil, una vida en estado de salvación que exigía hacer obras buenas de acuerdo con la fe.

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