Читать книгу Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento - Job - Franz Julius Delitzsch - Страница 27
Job 1, 1
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1Había en el país de Uz un hombre llamado Job. Era un hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal.
Los LXX traducen ἐν χώρᾳ τῇ Αὐσίτιδι, y añaden al final del libro, ἐπὶ τοῖς ὁρίοις τῆν Ἰδουμαίας καὶ Ἀραβίας, es decir, al nordeste de Idumea, hacia el desierto arábigo. Allá, en el desierto arábico, al oeste de Babilonia, bajo los Caucabenes, habitaban según Ptolemeo (v. 19, 2), Αἰσῖται (Αἰσεῖται), i.e., los uzitas.
Esta determinación del lugar de Uz es totalmente fiable, y así tiende a mostrarlo indirectamente el hecho de que Jos. Ant. i. 6, 4 presenta a Οὖσος como fundador de la Traconítide y de Damasco. Así lo confirma también el hecho de que Jakut Hamawi y la tradición musulmana (como ha mostrado recientemente Fries, Stud. u. Krit. 1854, ii.) presentan la franja fértil del este de Haurán, al noroeste de Têmâ y de Bûzân, como el-Bethenije, el distrito de Damasco en el que habitaba Job2; y lo confirma también el hecho de que la tradición siríaca transfiere el lugar donde habitaba Job a la zona Haurán, en el distrito de Damasco, donde hay un monasterio en su honor, llamado Dair Ejjub (cf. Volck, Calendarium Syriacum, p. 29).
Todos estos relatos y textos concuerdan en el hecho de que Uz no ha de buscarse en la tierra de Idumea propiamente dicha (Gebâl). Por su parte, las antiguas genealogías históricas (Gen 10,23; 22, 21; 36,28) no van en contra de nuestra propuesta, pues ellas sitúan a Uz por un lado en relación a Seir-Edom y por otro en relación a Aram: la intrigante doble aparición de nombres como Têmâ y Dûma, por un lado en Idumea y por otro al este de Haurán, proviene quizá de la mezcla de tribus diferentes a través de migraciones.
Sea como fuere, Uz no se encuentra en Gebâl, aunque a causa de Lam 4, 21 y de la referencia que el mismo libro de Job hace de los Horitas, debe mantenerse que existía una conexión geográfica entre Idumea y Ausitis. Por otro lado, con Jer 25,20 debemos suponer que עוץ, con el que concuerda el nombre de Esaú (‘yṣ, 'l-‘yṣ), de un modo que no es accidental, era el nombre colectivo de la parte norte del desierto arábico, extendiéndose hacia el nordeste, de Idumea hacia Siria.
Precisamente aquí, donde los aborígenes de Seir habían sido arrinconados por los inmigrantes arameos, una tierra hacia la que se extendió en tiempos posteriores el territorio de Edom, habitaba Job. Su nombre no es simbólico, tomado como referencia para la historia que sigue, sino que ha de entenderse en sentido literal.
Se ha dicho que איּוב significa alguien que es hostilmente tratado por otro, es decir, por Satán3. Pero hay varias razones que van en contra de eso. (a) Ninguno de los otros nombres que aparecen en el libro tiene un carácter simbólico conectado con su historia. (b) La forma קטּול no tiene nunca un sentido propiamente pasivo, pero tampoco activo, como יסּור, reprobar (forma paralela de קטּל), o neutro, ילּוד, nacido, שׁכּור, borracho, u ocasionalmente un sentido de infinitivo (cf. Frürst, Concord. 1349 s.), de manera que resulta más correcto explicar la palabra, como hace Ewald, a partir del árabe (אוּב, palabra vinculada a שׁוּב, quizá también a בּוא), en el sentido de “uno que sale de sí mismo”.
Palabras semejantes por el sonido son יוב, el nombre de uno de los hijos de Isacar (Gen 46,13) y el nombre del rey idumeo יובב, Gen 36, 33, que los LXX, Aristeas y Julio Africano combinan con Job4; y también el nombre del rey de Mauritania, Juba, que en griego se escribe Ἰόβας (como dice Didymus Chalcenter, ed. Schmidt, p. 305).
Quizá todos estos nombres pertenecen a la raíz יב, gritar con gozo. Los LXX escriben Ἰώβ con espíritu suave. En todos los restantes casos, la א al comienzo de palabra se escribe con espíritu áspero, como en ‘Αβραάμ, Ἡλίας. Lutero escribe Hiob, sin espíritu áspero, de forma que no puede leerse Job con la “iota” de tipo consonántico (Job), sino que debe leerse Iob, con “i” latina. Hubiera sido preferible escribir Ijob, pero Lutero deseaba mantener la forma usual de la palabra, siempre que ello fuera posible. De esa manera, al escribir “Iob”, con la vocal “i”, no con “yod” queremos desviarnos lo menos posible de la forma de escribir y de pronunciar que ha sido usual desde el tiempo de Lutero5.
El autor utiliza intencionadamente cuatro sinónimos para describir con tanta fuerza como sea posible la piedad de Job, cuya realidad y autenticidad constituye el presupuesto fundamental de esta historia. (1) Job es un תּם, alguien que tiene el corazón totalmente dirigido hacia Dios y hacia lo que es bueno, y también bien dispuesto hacia los otros. (2) Job es ישׁר, recto en pensamiento y acción, sin desviarse de aquello que es justo. (3) Job es ירא אלהים, temeroso de Dios, y consecuentemente movido por el temor de Dios, que es el comienzo (es decir, el principio) de la sabiduría. (4) Job es סר מרע, alguien que se mantiene alejado del mal, que es lo opuesto a Dios. El primero de esos predicados es una evocación de Gen 25, 27; el cuarto es proverbial en Salmos (cf. Sal 34, 15; 37,27) y en Prov 14,16. Esta mezcla de expresiones, tomadas de Génesis y de Proverbios es característica. Precisamente ahora, después que la historia ha comenzado en pretérito, ella sigue con aoristos.