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Job 2, 11–13. Visita silenciosa

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11Tres amigos de Job, Elifaz, el temanita, Bildad, el suhita, y Sofar, el naamatita, al enterarse de todo este mal que le había sobrevenido, llegaron cada uno de su tierra, habiendo acordado venir juntos a condolerse con él y a consolarlo. 12Estos, alzando los ojos desde lejos, no lo reconocieron. Entonces lloraron a gritos, y rasgó cada cual su manto y esparcieron polvo los tres sobre sus cabezas hacia el cielo. 13Así permanecieron sentados con él en tierra durante siete días y siete noches, y ninguno le decía una palabra, porque veían que su dolor era muy grande.

Tras la sexta tentación llega la séptima, y ahora comienza el conflicto real, a través del cual debe mantenerse firme el héroe Job, pasando adelante, no libre de todo pecado, pero saliendo al fin triunfador.

2, 11. Conforme a Gen 36, אליפז, Elifaz, es un antiguo nombre idumeo, con el mismo sentido que Phasael, que aparece en la historia de los herodianos. Según Michaelis, Suppl. p. 87 tiene el sentido de cui Deus aurum est (para quien Dios es oro, cf. Job 22, 25).

תּימן es un distrito de Idumea, célebre por la sabiduría de su gente (Jer 49,7; Bar 3, 22f.). Pero también al este de Haurán hallamos (hasta en la actualidad) una localidad llamada Temán, descrita por Wetzstein, Bericht ber seine Reise in den beiden Trachonen und um das Hauran-Gebirge, en Zeitschr. fr allg. Erdkunde, 1859; y a unas quince millas al sur de Temán se encuentra un lugar llamado Bûzân, que sugiere el sobrenombre de Elihu, Job 32, 2 (cf. Jer 25, 23).

La palabra שׁוּח (cf. yxiêWVh;) la conocemos solo por Gen 25, aplicada al hijo de Abraham y Keturah, que se estableció hacia el oriente. Debe ser, por tanto, un distrito de Arabia, no lejos de Idumea. Podría compararse con Schakka, que está más allá del Haurán, pero el sonido de la palabra hace muy improbable que se trate de la misma ciudad y región, que es sin duda Dakkai’a, al este de Batanea, mencionada por Ptolemeo v. 15.

נעמה es un nombre frecuente en Siria y Palestina. Hay una ciudad de ese nombre en la Shephela judía (zona costera baja del Mediterráneo, cf. Js 15, 41, que no puede ser esta a la que se refiere nuestro texto). הבּאה está en milel, y por lo tanto en tercera persona, con artículo en vez del pronombre de relativo (como, además de aquí, en Gen 18, 21 y 46, 27), cf. Gesenius, 109 ad init.

Muchos traductores piensan que el nifal נועד tiene el mismo sentido que נועץ, quedar con alguien en algo, preparar una reunión. Significa reunirse, encontrarse en un determinado lugar y tiempo (Neh 6, 2). Las noticias se propagan entre las tribus de montaña del desierto arábico con la velocidad de los despachos telegráficos.

2, 12. Ellos vieron una forma humana que parecía ser la de Job, pero no fueron capaces de reconocerle. Así empezaron a llorar, y a rasgar sus vestiduras, echando cenizas, es decir, elevándolas hacia el cielo (1 Sam 4, 12), haciendo que cayeran así sobre sus cabezas. El hecho de arrojar ceniza hacia lo alto es un signo externo de intenso sufrimiento, como si fuera un grito elevado contra el cielo, como recuerda rectamente von Gerlach.

2, 13. Y así se sentaron con él sobre el suelo por siete días y siete noches, y nadie habló ni una palabra, pues vieron que la pena de Job era muy grande. Ewald piensa erróneamente que la costumbre y la buena educación exigen siete días de silencio. Pero lo que les hizo estar callados fue más bien (como en Ez 2, 15) la fuerza de la impresión que la figura de Job produjo en ellos, o el temor de molestar al sufriente.

Pero este largo silencio muestra que ellos no pudieron cumplir del todo el propósito de su visita. Su sentimiento fue sobrepasado por la reflexión, su simpatía fue sobrepasada por su impotencia. Fue una pena que ellos dejaran que fuera Job el que pronunciara la primera palabra, pues eran ellos los que debían haberla pronunciado, con el fin de ofrecerle su amable consuelo. Sea como fuere, volviéndose consciente de la diferencia entre su situación actual y la anterior, a causa de la conducta de sus amigos, fue Job el que rompió el silencio con maldiciones.


1. El comentario de F. Delitzsch comienza con una cita (Ἐπ̓ αὐτῶν τῶν λέξεων [τοῦ βιβλίου] γενόμενοι σαφηνίσωμεν τὴν ἔννοιαν, αὐτοῦ ποδηγούντος ἡμᾶς πρὸς τὴν ἑρμηνείαν, τοῦ καὶ τὸν ἅγιον Ἰὼβ πρὸς τοὺς ἀγῶνας ἐνισχύσαντος), en la que Olimpiodoro el joven (filósofo y pensador bizantino: 495 - 570 d.C.) insistía en la importancia de la recta interpretación del libro de Job (nota del traductor).

2. Cf. Abulfeda, Historia anteislamica p. 26 (cf. 207s.), donde él dice: “Toda la tierra de Bethenije, una parte de la provincia de Damasco, pertenecía a Job como posesión”.

3. Geiger (DMZ, 1858, 542s.) conjetura que en Sir 49, 9 (καὶ γὰρ ἐμνήσθη τῶν ἐχθρῶν ἐν ὄμβρῳ) la expresión τῶν ἐχθρῶν es una traducción falsa de איוב. Renan asiente a ello. Pero τῶν εχθρῶν responde de un modo excelente al contexto, mientras que Job lo haría de un modo antinatural.

4. Cf. Routh, Relinquiae ii.:154s.: Ἐκ τοῦ Ἠσαῦ ἄλλοι τε πολλοὶ καὶ Ραγουὴλ γεννᾶται ἀφ ̓ οὗ Ζάρεδ, ἐξ οὗ Ἰὼβ ὅς κατὰ συγχώρησιν θεοῦ ὑπὸ διαβόλου ἐπειράσθη καὶ ἐνίκησε τὸν πειράζοντα.

5. Sobre la forma autorizada de escribir Iob, más exactamente Îob y también Îjob (no sin embargo Ijjob, que no corresponde a la pronunciación usual, que suaviza la ij en î y la uw en û), cf. Fleischer, Beiträge zur arab. Sprachkunde, Abh. der sächs. Gesellschaft d. Wissenschaften, 1863, S. 137f. (En esta traducción aceptamos la forma usual hispana de Job, aunque en el texto original de Delitzsch se siga escribiendo Iob, Indicación de traductor).

6. Entre los árabes, el diablo toma el nombre de 'l-ḥârt, el-hharith, el activo, el ocupado, el “industrioso”.

7. Más aún, puede preguntarse si la antigua doctrina de la adoración del fuego entre los persas no fue el resultado de un influjo judío. Cf. Stuhr, Religionssysteme der heidn. Völker des Orients, 373-75.

8. Cf. Comentario a Génesis, p. 422; en esta misma colección de Comentarios al texto hebreo del AT (nota del traductor).

9. Cf. Hölemann, Abh. über die biblische Gestaltung der Anbetung, en Bibelstudien 1 (1859).

10. Cf. Heer, De elephantiasi Graecorum et Arabum, Breslau, 1842, con imágenes coloreadas en Danielssen y Boeck, Traité de la Spdalskhed ou Elephantiasis des Grecs, Paris, 1848, obra traducida del noruego. Véase también Hecker, Elephantiasis oder Lepra Arabica, Lahr, 1858 (con litografía). Aretus el Capadocio (cuyas obras han sido traducidas por Mann, 1858) afirma que “los medios para la curación de las enfermedades han de ser más poderosos que la enfermedad. Pero ¿qué remedio podrá aplicarse con éxito a la terrible enfermedad de la elefantiasis, pues ella no está confinada a una parte del cuerpo, interna o externa, sino que toma posesión de todo el sistema humano? Es una enfermedad terrible, y horrorosa para ser contemplada, porque da al hombre la apariencia de un animal. Todos tienen miedo de vivir y de tener relación con este tipo de enfermos. Todos huyen de ellos como de una plaga, porque la infección se comunica fácilmente, por el aliento. ¿Dónde podrá encontrarse, en todo tipo de farmacias, un remedio para esta enfermedad?

11. Ella dice al ciego Tobías, cuando estaba obligada a trabajar para mantener a la familia, dirigiéndose a él de forma desconsiderada: ποῦ εἰσὶν αἱ ἐλεημοσύναι σου καὶ αἱ δικαιοσύναι σου, ἰδοὺ γνωστὰ πάντα μετὰ σοῦ, es decir (como, explican correctamente Sengelmann, Das Buch Tobit, 1857, y O. F. Fritzsche, Handbuch zu d. Apokriphen, ii. pag. 36): “Uno puede ver por tu infortunio que tu virtud no te ha servido de mucho”. En el texto revisado ella aparece aún más cercana a la mujer de Job: manifeste vana facta est spes tua et eleemosynae tuae modo apparuerunt, es decir, “tu esperanza ha sido manifiestamente vana y tus limosnas te han servido de poco”. En el texto de Jerónimo antes de las palabras de la mujer de Tobías se ofrece un paralelo entre Job y Tobías.

12. No se debe pasar por alto el delicado intento del autor, con su fondo tragicómico, que ha dado abundante material a los escritores epigramáticos, no solo a partir de Kästner, sino también desde tiempos antiguos. Cf. Serpilius, Epigramm vom Job, 1696, en Personalia Iobi. En esa línea se sitúa. también un proverbio judío, relacionado con esta temática, que se cita en Tendlau, Sprüchw. u. Redensarten deutsch-jd. Vorzeit (1860) 11.

Comentario al texto hebreo del Antiguo Testamento - Job

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