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Mi esposo, el triunfador

Mi esposo Steve siempre ha sido una persona optimista. Yo soy más del tipo que necesita demostraciones. En 1999 tuvimos que quedarnos en casa porque me diagnosticaron artritis reumatoide. En ese entonces, había un programa de concursos llamado Greed. Después de verlo un par de veces, mi esposo decidió que podía hacerlo mucho mejor que cualquier otro concursante o grupo que había visto y se propuso con determinación participar en el programa.

Buscó en internet y en el periódico para averiguar cómo podía participar. No pasó mucho tiempo antes de que consiguiera una audición. Esto significaba perder un día entero de trabajo. Nuestro hijo Adam no fue a la escuela y se quedó en casa a ayudarme.

Deja que la perseverancia

sea tu motor y la esperanza,

tu combustible.

H. JACKSON BROWN, JR.

Mi esposo logró pasar la primera ronda y le pidieron que se quedara para una posible grabación ese día. No sucedió así, pero le dijeron que lo llamarían pronto para otra “posible” grabación.

En vista de mi salud y el hecho de que nuestro hijo hubiera tenido que faltar a la escuela, discutimos el asunto y aunque a mi esposo no le gustaba la idea de abandonar su sueño, estuvo de acuerdo en que si no se hacía la grabación la segunda vez, tenían que “prometerle” la tercera y no sólo mencionarla como posibilidad.

Lo llamaron y acudió de inmediato. Esta vez nuestra hija Sarah organizó su día para quedarse a ayudarme. De nuevo, salió a las 6:30 de la mañana (algo que yo no conseguía que sucediera ni siquiera los días de trabajo entre semana) y regresó después del anochecer.

El resultado: quedó en el grupo que seguía en la grabación cuando suspendieron la grabación por la noche. Les preguntaron quién podría regresar para una “posible” grabación. Steve estaba tan aferrado a probar que ganaría que dijo que ahí estaría. Después de oírlo, me enojé. Habíamos acordado algo, sin embargo, ¡la gran sensación que tenía de ganar de alguna forma le nubló la memoria!

Unas semanas después, los productores llamaron y le dieron opciones de días de grabación. Él explicó la situación y le dijeron que harían su mejor esfuerzo, dado que ésa era la tercera vez que iba y tenía que faltar al trabajo. Mis hijos se repartieron la tarea de cuidarme.

Era la “semana universitaria” en el programa y, por fortuna para mi esposo, el último grupo de universitarios perdió rápido. Como resultado lo nombraron capitán del equipo. Eran tres hombres y dos mujeres. Las dos mujeres “sacaron” a los otros dos hombres, por lo que ellas recibirían la parte que ellos iban a recibir.

Ninguna de las dos quería sacar a mi esposo, ya que él había “limpiado” los errores ¡y las había llevado al nivel de 500,000 dólares! Así que los tres decidieron seguir adelante.

Entonces llegó la categoría: PELÍCULAS DE JAMES BOND.

¿Mencioné que Steve es cinéfilo de corazón? Las mujeres se equivocaron al contestar, pero mi esposo corrigió. Luego respondió su pregunta y también la de rescate.

Sí, contestó todas las preguntas de la ronda de 500,000 dólares. Las mujeres terminaron recibiendo 200,000 cada una, ¡mientras que al hombre que se aseguró de que pudieran continuar le dieron 100,000!

Steve me llamó de regreso a casa. Le pregunté si se había divertido y cómo le había ido.

—¿Ganaste al menos diez mil dólares? —respondió que no. Le dije que estaba contenta de que al menos se hubiera divertido. Entonces me pidió que agregara otro cero a la cifra—. ¿Por qué? Agregar otro cero no cambia nada. Un cero o dos siguen siendo lo mismo.

—No, quiero decir que agregues un cero a diez mil.

—Estás bromeando —me aseguró que no. Juramos no decir nada hasta el día que saliera al aire. Ni siquiera les contamos a nuestros hijos.

El premio no pudo haber llegado en un mejor momento. Mi salud se deterioraba a pasos agigantados. Steve obtuvo el primer pago varios meses después y luego fueron seis años de pagos anuales. Ese dinero nos ayudó cuando cerramos el negocio y reinventamos nuestro futuro profesional.

Aún estábamos en problemas financieros cuando mi hija anunció que se iba a casar. El último pago lo utilizamos para pagar su boda y la recepción.

Si no hubiera sido por la actitud optimista y la perseverancia de mi esposo, francamente no sé cómo hubiéramos podido sobrevivir esos años. Gracias a Dios que es el hombre que es y que su amor por las películas es tan fuerte como su amor por su familia.

CARINE INEZ NADEL

Caldo de pollo para el alma: El poder de lo positivo

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