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DETOXIFICACIÓN CELULAR Y ACIDOSIS METABÓLICA

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UN PH EQUILIBRADO

El organismo humano se encuentra en una constante búsqueda de condiciones óptimas para la existencia y el funcionamiento homeostásico. Necesita mantener varias constantes biológicas (pH sanguíneo, glicemia, temperatura...) dentro de valores determinados, pues de no ser así, pueden aparecer numerosos problemas para la salud, en ocasiones graves.

El pH (potencial hidrogenado) es la unidad para medir el grado de acidez o alcalinidad de un líquido. En el caso del ser humano, el valor óptimo del pH sanguíneo es de 7,42, ligeramente básico. Sus variaciones son compatibles con la salud entre 7,36 y 7,42. Existe acidosis por debajo de 7,36 y alcalosis por encima de 7,42. Las desviaciones, hacia cualquiera de las direcciones, significan la aparición de problemas de salud más o menos graves y la predisposición a padecer diversos trastornos. Además, el pH desempeña una función muy importante en la forma molecular de las proteínas, así como en numerosas actividades enzimáticas.

LOS SISTEMAS TAMPÓN EQUILIBRADORES

El mantenimiento del pH sanguíneo, dentro de unos determinados valores, se basa en el principio, en la actualidad bien conocido, de la homeostasis. Para conseguirlo, el organismo pone en funcionamiento sistemas tampón muy potentes y, por otra parte, muy eficaces, ya que deben hacer frente a numerosos elementos perturbadores, el primero de los cuales es la alimentación.

Los fenómenos digestivos (fermentación y putrefacción) y sus complementos metabólicos suponen la formación de numerosos subproductos, algunos ácidos; estos últimos, reabsorbidos y reintroducidos en la circulación sanguínea, hacen bajar el pH a un valor que debe ser inmediatamente compensado.

Los sistemas tampón que se hallan a disposición del organismo pueden clasificarse en dos grandes familias:

• Los tampones plasmáticos:

– El tampón fosfato bimetálico/fosfato monometálico (o más específicamente el poder tampón del hueso relacionado con la hidroxiapatita).

– El tampón ácido carbónico/bicarbonato, llamado reserva alcalina.

– El tampón de ácidos orgánicos débiles.

– El tampón proteínas/proteinatos.

• Los tampones globulares:

– El tampón hemoglobina/hemoglobinato.

– El tampón oxihemoglobina/oxihemoglobinato.

El principio de acción de los sistemas tampón se basa siempre en la misma característica: la posibilidad de cambiar un equilibrio químico de enlaces débiles en función del exceso o no de iones de hidrógeno. En este caso, el desplazamiento de dicho equilibrio permite «atrapar» el exceso de iones H+, y ayuda, por lo tanto, a mantener el pH.

ELIMINACIÓN DE LOS ÁCIDOS VOLÁTILES Y NO VOLÁTILES

El organismo debe eliminar todos los ácidos resultantes de su metabolismo y de la acción de los tapones. Los pulmones y los riñones son los encargados de esta evacuación:

• Los pulmones –que aseguran más del 90% de la desadificación del organismoexpulsan todos los ácidos volátiles provenientes, sobre todo, de la degradación de las proteínas vegetales. Esencialmente, son ácidos orgánicos débiles –cítrico, oxálico, pirúvico–, que son transformados en ácido carbónico y después en gas carbónico, que se expulsa hacia el medio exterior por la respiración.

• Los riñones expulsan los otros ácidos no volátiles, provenientes, sobre todo, de la degradación de proteínas animales. Casi todos son ácidos minerales fuertes, como el ácido fosfórico, sulfúrico o úrico.

Además, la diferencia entre estas dos vías de eliminación es que la pulmonar es rápida y adaptable (por aumento de la amplitud respiratoria), mientras que la renal es lenta y poco adaptable.

CONSECUENCIAS DE LA ACIDOSIS METABÓLICA

Disfunciones celulares y enzimáticas

Cuando el organismo produce un exceso de ácidos, este exceso es desviado hacia el tejido mesenquimatoso, en espera de su excreción. En general, esta fase de «almacenamiento» se produce durante el día. A lo largo de la noche, el mesenquima restituye las moléculas ácidas para que sean eliminadas. Se observa que la sustancia coloidal, componente importante de la mesenquima, no tiene las mismas características fisicoquímicas según su pH; en medio ácido, tiende a convertirse en gel, mientras que en estado normal se encuentra bajo la forma sol.

Esta situación corresponde a un estado inestable de equilibrio fisicoquímico. Es la forma sol (básica), que corresponde a su naturaleza ideal y permite su funcionamiento óptimo. Por lo tanto, una sobrecarga de ácidos en el tejido mesenquimatoso produce trastornos de su funcionamiento y, como consecuencia, trastornos al nivel de los órganos bañados por estas sustancias. La sobrecarga ácida provoca: agotamiento celular, sufrimiento celular, autointoxicación celular, malos intercambios tróficos y envejecimiento de los tejidos.

Además, cuando se establece la acidosis metabólica, se produce una ligera alcalosis sanguínea, como resultado de un mayor número de sales básicas reclamadas por los sistemas tampón. En este contexto, los cationes con función básica, es decir casi todos los oligoelementos, son igualmente captados por el exceso de ácido y, por lo tanto, eliminados a través de los riñones. Esto no supone únicamente una desmineralización ósea, sino también un agotamiento metabólico del organismo. Las células no pueden asegurar plenamente todas las transformaciones enzimáticas que les son necesarias.

Fragilidad osteoarticular

El primer sistema (el poder tampón del hueso) es hoy en día el más conocido, porque puede llegar a originar trastornos de desmineralización por acidificación. En el momento en que el pH sanguíneo tiende a bajar (acidosis), el fosfato de calcio del tejido óseo tiende a solubilizarse para neutralizar los ácidos. Sucede así dentro de la circulación sanguínea, donde puede captar los iones H+ existentes en exceso. En los casos de acidosis crónica, se puede asistir a un verdadero agotamiento de esta reserva ósea y a una fuerte desmineralización, con predisposición a trastornos tales como caries dental, fracturas espontáneas, dolores articulares, hernia discal, etc.

Trastornos inflamatorios y de los órganos de eliminación

El «ensuciamiento» de la sustancia coloidal predispone a otra serie de perturbaciones. Es el caso de los trastornos artríticos, reumatismos, calambres repetidos, inflamaciones y bajada de las defensas.

A nivel del tejido cerebral o del tejido nervioso, la acidosis perturba el funcionamiento normal del organismo y produce irritabilidad, cansancio crónico, estado depresivo y estrés permanente (la acidosis estimula especialmente el sistema adrenérgico). Diversas observaciones clínicas han demostrado también que un entorno alcalino entorpece el desarrollo de las células cancerosas, mientras que un entorno ácido lo favorece.

Después de lo dicho, no debe sorprendernos que la Asociación Médica Kousmine conceda una importancia primordial a este factor del control y equilibrio del pH como un pilar fundamental para valorar ante cualquier trastorno de salud.

CÓMO VALORAR EL PH INDIVIDUAL

Una manera simple de controlar nuestro estado de acidez-alcalinidad y de vigilar su evolución es comprobar diariamente el pH de la orina (tres veces al día, sobre todo antes de comer y de cenar), con una banda de papel pH (se vende en farmacias). Normalmente, las orinas son más neutras-básicas, con un pH situado entre 7 y 7,5. Mediciones inferiores pueden indicar un estado de acidosis metabólica.

FACTORES IMPLICADOS EN LA CORRECCIÓN DE LA ACIDOSIS METABÓLICA

• La acidosis proviene esencialmente de la alimentación. Los alimentos responsables son, sobre todo: carnes, azúcares blancos, conservas, harina blanca, aceite refinado, alcohol, café... Dentro de los alimentos alcalinizantes se encuentran: frutos, vegetales, legumbres, patatas, castañas, soja... Una corrección alimentaria similar a la expuesta anteriormente es también la ideal para lograr el equilibrio del pH: se deben disminuir los alimentos ácidos, aumentar la comida básica y cenar ligeramente.

• Una buena oxigenación (actividad física regular) es igualmente una buena indicación, porque favorece la eliminación pulmonar de los ácidos volátiles y, de manera general, estimula todos los emuntorios.

• En algunos casos, las dos correcciones anteriores pueden resultar insuficientes. El estrés muy intenso, el sedentarismo, la contaminación urbana o el tabaco, todos ellos factores de acidosis y que impiden una buena oxigenación, pueden hacer aconsejable incluir (además de la corrección dietética y el ejercicio físico) unas curas regulares de complementos nutricionales específicos, ricos en sales minerales básicas (carbonatos o citratos de calcio, magnesio, potasio...), junto con sus cofactores, sobre todo vitaminas B3, B5 y B6.

Huelga decir que un estado continuado de acidosis metabólica, es decir, de desequilibrio en la homeostasis, es un terreno abonado para acelerar el envejecimiento, no sólo en lo que se ve (piel, vigor, dinamismo…), sino también, lo que es más importante, a nivel de células, tejidos y órganos.

Antienvejecimiento

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