Читать книгу Justicia digital, mercado y resolución de litigios de consumo - Fernando Esteban de la Rosa - Страница 56
3. UN MENOR USO DEL TEXTO LIBRE
ОглавлениеLos litigantes, sobre todo aquellos que no están representados, tendrán que exponer sus argumentos o bien ejercer su defensa. El problema es que, si nos basamos exclusivamente en el texto creado por los litigantes no representados en los cuadros de texto, a menudo será necesario que un humano dedique algún tiempo a intentar comprender la naturaleza del caso. Si el litigante no ha contado con el asesoramiento y la evaluación de su caso, ni entiende los principios en los que se basa el mismo, puede que no sea claro para los demás ni esté tan bien enmarcado como podría estarlo. Es mucho mejor utilizar, en la medida de lo posible, las casillas, así como rutas estructuradas para que los litigantes puedan aprender de qué trata el caso. Por ejemplo, una vez conseguido esto, el sistema podrá programarse para asesorar y dirigir a los litigantes por las rutas adecuadas que no sólo expliquen con mayor claridad la naturaleza del caso, sino que puedan guiar mejor a los litigantes hacia métodos de resolución. Por supuesto, será inevitable la necesidad de tener que introducir algún texto libre, pero éste debería limitarse a lo estrictamente necesario, únicamente como forma de ofrecer más detalles. Lamentablemente, el OCMC depende en gran medida del uso de texto libre. Aunque esto podría ser comprensible en el caso del primer MCOL, implica una gran pérdida de oportunidades a la hora de hacer que el sistema sea más eficiente.
En el proceso del OCMC, una vez completado el cuadro inicial con las propias palabras del litigante, se le pide que describa una línea temporal de los acontecimientos, poniendo la fecha en una columna y una descripción de texto libre sobre el acontecimiento. Uno de los problemas de depender tanto del texto libre es que se pierde la oportunidad de que el sistema aprenda puntos clave sobre los que, de otro modo, podría programarse para asesorar, y por lo tanto añadir valor a la funcionalidad. Un buen ejemplo de este problema se vio en un caso que tramité a través de la OCMC. Llevé un caso contra el Chelsea Football Club por no aplicar su propia normativa, que podía verse en letras grandes en las entradas, que instaba a los espectadores a permanecer sentados durante el partido (salvo para ponerse de pie brevemente en respuesta a un gol). Aunque nunca se ha permitido formalmente permanecer de pie en las zonas con asientos en los estadios de la Liga inglesa de fútbol, esta es una norma que los seguidores de los equipos visitantes han ignorado habitualmente, hasta el punto de que los clubes parecen hacer poco o ningún esfuerzo por hacer que se cumpla. Muchos espectadores no quieren estar de pie, pero, dado que la gente que está delante está de pie, tienen que hacer lo mismo para poder ver el partido. En mi caso, había solicitado en dos ocasiones a los numerosos auxiliares de organización del partido que pidieran a los de las primeras filas que se sentasen para que los de detrás pudieran hacer lo propio. En ambas ocasiones simplemente me ignoraron. Pensé que sacar el caso a la luz tendría el beneficio secundario de permitirme ver, desde la perspectiva del usuario, cómo funciona el sistema. Presenté el caso alegando que se habían producido daños personales por tener que estar constantemente de pie, padeciendo además serios problemas de espalda.
En ninguna parte del procedimiento de presentación, el sistema daba la oportunidad de denegar la presentación por fallos en el planteamiento del caso. En mi caso se incluía una reclamación por daños personales, que un litigante no representado, en condiciones normales, no evaluaría como una cantidad fija liquidada. Aunque pueden presentarse reclamaciones por daños personales a través de la OCMC, el sistema no ha sido programado para gestionar este tipo de reclamaciones y establece que el litigante debe hacer una presentación en papel (utilizando el formulario N1) a través del antiguo sistema. Yo no hice eso. Introduje una cantidad fija cuando me la solicitaron y posteriormente indiqué una reclamación por daños personales y por cantidades adicionales no evaluadas en ese momento. Como di esa indicación en la serie de casillas en blanco para texto libre y no como respuesta a una pregunta del tipo “¿Incluye su reclamación alguna cantidad por daños personales que no haya evaluado como cantidad fija?” o “¿Incluye su reclamación alguna cantidad aún no evaluada?”, que habrían dado como resultado un simple “Sí” o “No”, el sistema no recogió mi uso del término “daños personales” y, por consiguiente, no me solicitó que completase el formulario en papel. Además, el pleito había prescrito en cualquier caso. Según la legislación británica, las reclamaciones por daños personales deben presentarse ante un tribunal en un plazo de tres años, contados a partir de la fecha en la que se presente la reclamación. Es posible, en determinadas circunstancias, solicitar una prórroga por una razón justa y adecuada, como el retraso en el conocimiento del perjuicio que se ha producido. Dado que el perjuicio se había producido hacía más de tres años, si la máquina estuviese programada para conocer este elemento de mi caso, una simple pregunta sobre la fecha podría haber hecho que el programa emitiese un aviso de que, por este motivo, no podía seguir adelante con el caso. Una vez que se limita la cantidad de texto libre y se aplica una estructura de árbol lógico y una ruta tan detallada como las preguntas con consecuencias programadas, dependiendo de las casillas que se hayan marcado, entonces puede conseguirse que el programa sea mucho más inteligente y permitir de este modo que se reduzca el gran número de solicitantes y de casos. Es mucho más difícil introducir este tipo de cambios a posteriori, sobre todo porque en la actualidad el sistema todavía no puede aplicarse a todas las fases del caso.