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¿Qué significado tiene el hecho de que Abraham después de la muerte de Sarra tomó a Cetura como esposa? Lejos esté de nosotros en este punto sospechar incontinencia, especialmente en aquella edad y en aquella santidad de su fe. ¿Acaso buscaba todavía engendrar hijos, si ya por la promesa de Dios se sostenía con probadísima fe una proliferación de sus descendientes por medio de Isaac tan numerosa como las estrellas del cielo y la arena de la tierra? Pero, ciertamente, si Agar e Ismael, según las enseñanzas del apóstol190, simbolizaron los hombres carnales de la antigua alianza, ¿por qué Cetura y sus hijos no iban también a simbolizar los hombres carnales que creen pertenecer a la nueva alianza? Ambas ciertamente son llamadas tanto esposas como concubinas de Abraham. En cambio, Sarra nunca fue llamada concubina. Pues incluso cuando le fue entregada Agar a Abraham, así está escrito: Y Sara, la esposa de Abram tomó a Agar, su esclava egipcia, diez años después de que Abram habitara en la tierra de Canaán y se la entregó como esposa a Abram, su propio esposo191. Sobre Cetura, por su parte, a la que tomó tras la muerte de Sarra, así se lee: Abraham tomó de nuevo esposa, cuyo nombre era Cetura192. He aquí que ambas son llamadas esposas; pero también se halla que ambas fueron concubinas, al decir a continuación la escritura: Y Abraham entregó toda su herencia a su hijo Isaac, y a los hijos de sus concubinas les dio Abraham legados y, todavía en vida, los envió lejos de su hijo Isaac hacia oriente, a la tierra de oriente193. Por consiguiente, los hijos de las concubinas gozan de algunas prerrogativas, pero no llegan al reino prometido, ni los herejes, ni los judíos carnales, porque a excepción de Isaac ninguno es heredero, y no quienes son hijos de la carne son considerados hijos de Dios, sino los hijos de la promesa en la descendencia194, sobre lo cual se ha dicho: En Isaac recibirá su nombre tu descendencia195. Y no veo por qué también Cetura, a la que tomó tras la muerte de su esposa, es llamada concubina sino a causa de este misterio. Pero no calumnie a Abraham quien no quiera interpretar estos hechos en este sentido. ¿Y si esto, efectivamente, se dio en previsión frente a los herejes que habrían de ser contrarios a las segundas nupcias, para demostrar en el propio padre de muchos pueblos que no es pecado casarse por segunda vez tras la muerte de la esposa196? Y Abraham murió cuando contaba ciento setenta [y cinco] años197. Por consiguiente, dejó a su hijo Isaac de setenta [y cinco], al que engendró siendo centenario.

La ciudad de Dios. Libros XVI-XXII

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