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El inconsciente reprimido y distintivamente (des)estructurado: El modelo topográfico
ОглавлениеFreud, por supuesto, colocó el inconsciente en el centro del psicoanálisis. La mayor parte de la actividad mental es activamente reprimida por la conciencia interna. Además, los procesos mentales inconscientes son caóticos y fluidos, están regidos por el principio del placer y, por lo tanto, están alejados de la realidad. Tal como están estructuradas, las «ideas» inconscientes existen en formas relativamente «primitivas» de fantasías, sueños, emociones puras, ansiedad, síntomas y tensiones corporales, etc. Así pues, en la mayor parte del canon freudiano, «el inconsciente» difiere de la conciencia ordinaria tanto en el contenido, como en las formas y en la «condensación» y el «displacer». (Algunos de los nuevos modelos del inconsciente que han surgido recientemente se analizarán en los capítulos 7 y 8.)
Freud (1911) propuso el término «proceso primario» para describir este sustrato caótico y turbulento. En sus primeros modelos, vio el proceso primario y el inconsciente como ubicados en un mismo lugar, algo parecido al terreno (proceso primario) representado en un lugar particular (el inconsciente) en un mapa (de ahí el modelo topográfico). La primacía del proceso primario se refiere tanto a su posición fundamental como temporal, en el sentido de que es la base de la vida humana y es la primera que aparece.13
En general, los factores intrapsíquicos, inconscientes e instintivos son los determinantes más importantes y poderosos del comportamiento y la experiencia subjetiva, especialmente (pero no sólo) en la infancia. De esta manera, los primeros modelos de Freud no son completamente «desarrollistas» en el sentido en que uso el término en este libro. (Véase el capítulo 4). Los procesos de adaptación, orientados al crecimiento, mediante los cuales el mundo social y el cuerpo se integran a lo largo del tiempo, se consideran secundarios.