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CAPÍTULO 7 ¿QUÉ FACTORES PROMUEVEN EL ENVEJECIMIENTO? CONTAMINACIÓN AMBIENTAL Y METALES PESADOS

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El humo procedente de la combustión industrial y de los vehículos es causa de muchos casos de sensibilidad frente a los alérgenos, lo que lleva a pensar inmediatamente en su efecto a nivel hepático, ya que el estado de este órgano y la frecuencia con la que se le expone a xenobióticos está directamente relacionada con la frecuencia de reacciones alérgicas. Los cientos de sustancias tóxicas del medio ambiente aumentan la producción de citoquinas, que inciden en la aparición de procesos inflamatorios crónicos, de trastornos inmunitarios e incluso de cáncer. La mejor manera de protegernos es vivir en un medio donde el aire sea lo más puro posible y, si esto no es posible, tomar con frecuencia antioxidantes y aminoazufrados, que fortalecen las vías de detoxificación hepática (ver el capítulo 10).

No creo necesario insistir en los graves efectos derivados del uso del tabaco, tanto para el que fuma como para el que no fuma y tiene que respirar también el humo. Algunos de los radicales libres procedentes del humo del tabaco afectan al ADN, generando mutaciones celulares y cáncer. El cadmio y la nicotina, presentes también en el humo, inciden en la producción de esperma, provocando, de hecho, infertilidad. No es posible imaginar a nadie que quiera tener una larga vida y al mismo tiempo sea fumador, ya que, además de la vinculación directa del tabaco con el cáncer y el enfisema pulmonar, «roba» vitaminas antioxidantes, debilita el sistema inmunitario y provoca debilidad vascular y trombosis. Además, todo fumador debe procurar tomar antioxidantes diariamente, preferir proteínas vegetales sobre las de origen animal, evitar productos ricos en ácido oxálico (chocolate, espinacas, espárragos, etc.) y no olvidar que cada cigarrillo que fuma le quita ocho minutos de vida, y que si fuma dos paquetes al día vivirá de quince a veinte años menos.

La mayoría de los metales pesados (mercurio, cadmio, arsénico, níquel y aluminio) que se encuentran en el organismo son producidos por la contaminación ambiental originada por la industria. Estos metales tienden a acumularse en el cerebro, los riñones y el sistema inmunológico, donde pueden perturbar gravemente el funcionamiento normal, y se pueden ingerir o inhalar a través de los alimentos –después de depositarse en las cosechas– y el agua que bebemos –por la contaminación del suelo–. Además de los metales pesados procedentes de la contaminación industrial, otras fuentes comunes son: plomo de los pulverizadores de los pesticidas, los utensilios de cocina y las soldaduras de las latas de hojalata; cadmio y plomo del humo de los cigarrillos; mercurio de los empastes dentales, el pescado contaminado y los cosméticos; y aluminio de los antiácidos y los utensilios de cocina.

Se dispone cada vez de mayor volumen de información que indica que la intoxicación crónica por metales pesados es un grave problema en la sociedad actual. Se deberían realizar todos los esfuerzos posibles para reducir los niveles de contaminación, en especial en aquellas personas que están expuestas a altas concentraciones. Los trabajadores más expuestos son: los fabricantes de pilas, los encargados de gasolineras, los pintores, los instaladores de techos, los soldadores, los dentistas y los joyeros.

La siguiente lista recoge las características básicas de los metales pesados más importantes:

Aluminio

Es el metal más abundante en la naturaleza y el tercer elemento más frecuente.

1. Absorción

Se absorbe en el tracto intestinal. Si existe déficit de calcio y de magnesio en la dieta, aumenta su absorción. Una vez absorbido, pasa a la sangre, que lo lleva, generalmente, a los huesos, el hígado y los músculos. Tiene capacidad para atravesar la barrera hematoencefálica, por lo que puede penetrar en el sistema nervioso central. Puede afectar a todo el cerebro, aunque se acumula más en la sustancia gris que en la blanca.

2. Causas

Las intoxicaciones se transmiten, generalmente, por lluvia ácida, antiácidos, cosméticos, recipientes de cocina y agua potable, ya que el sulfato de aluminio se usa para depurar el agua.

La diálisis renal crónica provoca encefalopatía de la diálisis, síndrome neurológico que se caracteriza por trastornos del habla y cambios de personalidad, con paranoia y desorientación. Con el tiempo, produce pérdida de la coordinación muscular, graves anormalidades motoras y convulsiones. La causa está en el agua que se utiliza para hacer la solución de la diálisis; cuando se pone agua desionizada, se observa cierta remisión de los síntomas de la demencia. Esto sucede cuando el nivel de aluminio en el cerebro sobrepasa de 10 a 20 veces la dosis normal.

Parece ser que el aluminio podría estar implicado en la enfermedad de Alzheimer.

3. Acción tóxica

Un nivel alto de aluminio es tóxico para el sistema nervioso central. En los animales, la administración de aluminio provoca encefalopatía progresiva, que produce degeneración de las células nerviosas del cerebro, desmielinización del tallo cerebral y grave degeneración fibrilar.

Se ha demostrado que el aluminio modifica el funcionamiento de la barrera hematoencefálica, provocando la entrada inadecuada de sustancias necesarias (hormonas, péptidos o fármacos).

4. Síntomas

Mala coordinación motora, del aprendizaje y de la memoria.

Cadmio

Suele encontrarse mezclado con el zinc. Se usa como pigmento en pintura, como estabilizador en los plásticos y en la electrogalvanización. Mezclado con el cobre, se utiliza para el revestimiento de cables telefónicos, etc.

1. Absorción

Penetra en el cuerpo por el tracto gastrointestinal. Las dietas bajas en proteínas, calcio o hierro pueden aumentar su absorción. Una vez absorbido, pasa a la sangre, que lo lleva al riñón y al hígado, donde se deposita en un 50%. Se mantiene en el cuerpo aproximadamente unos diez años; de ahí que se acumule con la edad.

2. Causas

El metal es llevado a las centrales de energía que queman combustibles fósiles. La lluvia ácida cae al suelo y es absorbida por las raíces de las plantas, pasando a la planta, que es consumida por el ser humano.

También el marisco y los crustáceos pueden contener niveles altos de cadmio, si se crían en aguas contaminadas.

3. Acción tóxica

Los niveles más altos se encuentran en el hígado y en el riñón, pero, también en los pulmones y los huesos.

4. Síntomas

Puede producir anosmia (pérdida del olfato). En los animales tiene efectos perjudiciales en el sistema nervioso central y periférico.

Al inhibir el calcio, el cadmio, puede afectar a la transmisión de señales químicas a las uniones neuromusculares.

Los niveles altos en las embarazadas pueden afectar al feto, con malformaciones de la mandíbula superior y cara, fusiones de las costillas y defectos en los miembros. Puede influir también en el desarrollo del sistema nervioso y causar defectos en el tubo neural (exencefalia e hidrocefalia).

Mercurio

Es un mineral utilizado en una amplia variedad de trabajos industriales. La intoxicación por mercurio ya fue descrita por Plinio el Viejo, una de las razones de que en las minas romanas trabajaran los criminales y los esclavos. Una de las primeras enfermedades profesionales descubiertas fue la intoxicación por mercurio, lo que propició que se promulgasen las primeras leyes sobre higiene industrial.

1. Absorción

Puede ingerirse en forma de líquido sin efectos nocivos, pero sus vapores representan un serio peligro. Los compuestos alquilo de cadenas cortas son los más tóxicos.

Se absorbe por el aire en forma de vapores de mercurio. Van a parar a la sangre y son transportados al cerebro, donde quedan retenidos al tener dificultad para atravesar la barrera hematoencefálica.

2. Causas

En medicina alopática se ha utilizado en forma de pomadas para la piel, polvos para la dentición e incluso como tratamiento de la sífilis, a pesar de su ineficacia.

Se ha usado indiscriminadamente en agricultura como fungicida, en forma de metilmercurio, que es un poderoso veneno para el sistema nervioso central. Debido a las graves intoxicaciones causadas entre los agricultores y sus familias, se prohibió su uso a comienzos de los años setenta.

Los pescados como el tiburón, el atún y el pez espada presentan las concentraciones más elevadas de mercurio. En los peces de agua dulce, como el lucio, se han encontrado niveles altos debidos a la lluvia ácida y a que el agua ha sido desviada hacia las centrales eléctricas.

En la actualidad, existe una tendencia cada vez mayor a comer pescado en lugar de carne, como fuente de proteínas y, en consecuencia, la posibilidad de intoxicación por metilmercurio es más alta.

3. Acción tóxica

En el año 1950 se descubrió la enfermedad de Minamata, en la isla japonesa de Kyushu, debida a una intoxicación de metilmercurio producido por la fábrica Chisso. Los peces y el marisco morían y, en consecuencia, la pesca disminuía. Los pájaros tenían dificultades para volar y los gatos de la zona empezaron a tener un comportamiento anormal y a morir. En 1956 se detectaron los primeros síntomas en personas y en 1959 se descubrió la causa a través de un análisis: los altos niveles de metilmercurio existentes en la bahía de Minamata.

4. Síntomas

Los daños en el sistema nervioso central producen trastornos sensoriales, motores y mentales, dolores de cabeza y un aumento de la salivación. Generalmente, empiezan por un entumecimiento de las extremidades con dificultad para mover las manos. Siguen con pérdida de coordinación, ataxia al andar, temblores y debilidad muscular, que, con el tiempo, provocan parálisis general, dificultad para tragar, convulsiones y muerte.

La pérdida progresiva de la visión periférica, con mala visión nocturna y pérdida de memoria, son características de esta enfermedad.

Plomo

Antes se usaba como pigmento de las pinturas. Su intoxicación se conoce desde la antigüedad con el nombre de plumbismo y fue descrito por el médico griego Nicandro.

1. Absorción

Se absorbe por el tracto gastrointestinal y los pulmones. Ayunar aumenta la absorción, así como la falta de calcio y zinc en la dieta. Los niños son más sensibles a la absorción.

Una vez absorbido, pasa a la sangre, el riñón, el hígado y los huesos, donde puede permanecer hasta 40 años. Se excreta por la orina, las heces, el sudor y la leche materna.

2. Causas

• Algunas profesiones.

• Intoxicaciones por tuberías de plomo o por soldaduras de los recipientes de cocina.

• Los alimentos, el agua y el aire.

• Gasolina con plomo.

3. Acción tóxica

La intoxicación por plomo afecta tanto al sistema nervioso central como al periférico.

En el primero afecta a los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro, así como a los capilares, que se tornan necróticos y trombóticos.

También causa trastornos en los neurotransmisores, ya que inhibe la liberación de la acetilcolina.

En el sistema nervioso periférico produce degeneración axonal en las células de la médula espinal y de los nervios periféricos.

4. Síntomas

Palidez, dolores abdominales, estreñimiento, vómitos, anemia, anorexia, pérdida de peso, irritabilidad, insomnio, depresión, neuropatía periférica (debilidad muscular, trastornos motores y cansancio). La debilidad de los músculos menores de las manos son síntomas clásicos de una intoxicación por plomo.

Se puede ver la línea plúmbica azulada en las encías.

En el aspecto neurológico, afecta a la memoria y causa pérdida de concentración y mala capacidad verbal y psicomotora.

En los niños predominan las lesiones en el sistema nervioso central sobre las del sistema periférico, mientras que en los adultos, ocurre todo lo contrario. Aparece fatiga, dolor de cabeza y pérdida del apetito, irritabilidad, dolor abdominal y vómitos. Posteriormente, aparece somnolencia y se presentan trastornos del habla y dificultad para andar y mantener el equilibrio. En la fase final, coma y muerte.

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