Читать книгу Justicia digital, mercado y resolución de litigios de consumo - Fernando Esteban de la Rosa - Страница 37

Una de las peculiaridades del sistema jurídico del common law es el hecho de que, a pesar de disponer de un proceso judicial que tradicionalmente se basa en el procedimiento contradictorio (adversarial) –lo que conlleva que las partes tengan un mayor peso y control del proceso– la asistencia legal no es obligatoria en ningún proceso civil6. Por lo tanto, el litigante en Inglaterra tiene acceso a cualquier proceso civil sin la asistencia de un abogado. A mayor abundamiento, la asistencia legal es más costosa que en los países de Europa continental, ya que los abogados cobran por hora en función del tiempo empleado en el caso y no en proporción a la cuantía, lo que supone un incentivo para prolongar la duración del pleito. Además, como también es habitual en Europa, la parte que pierde tiene que sufragar las costas procesales de la contraparte.

A pesar de los cambios que han tenido lugar durante las dos últimas décadas con la finalidad de transferir tareas de gestión del proceso desde los abogados a los jueces con el fin de reducir el coste de litigar, el proceso civil ordinario (llamado fast-track and multi-track) continúa siendo caro (el litigante tiene que pagar las tasas judiciales) y muy poco accesible (dada la complejidad y el tecnicismo del proceso judicial) para los litigantes que no disponen de asistencia letrada. Prueba de ello es que el gasto en asistencia legal por habitante en Irlanda y el Reino Unido –los únicos países del common law en Europa– es mucho más elevado que en el resto de los países europeos. Como consecuencia de las medidas de austeridad promulgadas por la crisis económica de hace una década se ha producido una reducción significativa del presupuesto destinado a asistencia legal. Ello ha dado lugar a que los juzgados civiles, especialmente los de familia, hayan experimentado un incremento en el número de asuntos en los que los litigantes han prescindido de la asistencia legal. En esta circunstancia encuentra explicación, en parte, el hecho de que el proceso de escasa cuantía (conocido como small claims), el más accesible para los litigantes sin asistencia legal, haya incrementado su cuantía máxima en los últimos años, situándose actualmente en los £10.000, límite que es superior al fijado por otros países de la zona. Más aún, siguiendo las recomendaciones de Lord Briggs, se espera que en los próximos años el Juzgado Online vea incrementada su cuantía hasta las £25.0007.