Читать книгу In situ. El cáncer como injusticia social - Natalia Luxardo - Страница 63

Estrategia metodológica: flexible, plural y ecléctica

Оглавление

Nunca pude, a lo largo de toda mi vida, resignarme al saber parcializado, nunca pude aislar un objeto de estudio de su contexto, de sus antecedentes, de su devenir. He aspirado siempre a un pensamiento multidimensional, nunca he podido eliminar la contradicción interior. Nunca he querido reducir a la fuerza la incertidumbre y la ambigüedad.

Edgar Morin

Brindaremos lineamientos de la estrategia general, aclarando que en cada capítulo se brinda el detalle exhaustivo de la indagación puntual para cada tema y según cada comunidad. El punto de arranque fue el interrogante relativo a qué factores operaban para poder explicar el dato de los diagnósticos de cáncer en estadios avanzados de poblaciones históricamente marginadas, como surge cuantitativamente en los diagnósticos epidemiológicos así como en estudios cualitativos previos.

Buscamos la llave de respuesta saliendo de niveles de mayor complejidad para centrar el interés en el primer nivel de atención, tal como fue formulado en el primer proyecto con el que arranca esta investigación5 y fue explicado en la introducción de este libro. Sin embargo, las revisiones teóricas y las primeras indagaciones nos llevaron a plantearnos que solo una pequeña parte de lo que pasaba con el cáncer era atribuible al sistema sanitario, y que lo más importante para entender qué pasaba estaba afuera, en los contextos de vida y trabajo, tal como lo sostiene también la literatura. Así que, aunque partimos del primer nivel de atención originalmente pensando en abordar cuestiones relativas al personal sanitario y a la implementación de programas y servicios, rápidamente corrimos la lupa hacia las poblaciones y los espacios sociales que formaban parte de las áreas de incumbencia de esos centros de salud que habían sido seleccionados a partir de alianzas y colaboraciones para realizar la investigación.

Dentro de lo que podría ser clasificado como un estudio de casos múltiples (Ragin y Becker, 1992), realizamos estrategias múltiples que incluyeron, por nombrar solo las principales, metasíntesis cualitativa, métodos audiovisuales, metodologías participativas, etnografías multisituadas que permiten trascender límites locales y atender la configuración de espacios y contextos interrelacionados y con límites de tiempo y espacios “porosos” (Marcus, 1995).6 Uno de los propósitos de la inclusión de múltiples lugares de inserción fue poder complejizar la mirada de la salud pública sobre el primer nivel de atención y para ello la necesidad de construir bases de un campo de variabilidad a través de la comparación de los casos estudiados. Fernando Balbi (2017a) advierte la escasa problematización que ha recibido la comparación de casos sin siquiera poder contar con acuerdos mínimos, debido a que no se la reconoce como un aspecto de las prácticas de investigación y así poder desplegarla en sus procedimientos para someterlos a una vigilancia epistemológica, definiéndola como la servidumbre de la comparación a la etnografía. Argumenta sobre la necesidad de establecer nuevamente a la comparación como estrategia de análisis ya que permite subrayar no solamente la diversidad (las variaciones relevantes de determinados aspectos o variables), sino también “las continuidades y las invariancias [que] coexisten en la vida social, todas igualmente problemáticas y se encuentran interrelacionadas” (Balbi 2017b: 10) si bien lo que se compara son siempre descripciones analíticas derivadas de asumir determinados supuestos y criterios.

Escapa a nuestras posibilidades –y objetivos– continuar profundizando en estas discusiones epistemológicas que acertadamente varios antropólogxs insisten en poner en agenda.7 Básicamente la fundamentación principal que tuvimos al tomar múltiples sitios para realizar etnografías estuvo principalmente centrada en cuidar la no exposición de las instituciones, ampliar el rango de variabilidad de cómo se presentaba el fenómeno pero también, como sugiere Balbi (2017a, 2017b), no quedarnos solamente en “particularismos etnográficos” sino apuntar hacia la generación de teoría, dando cuenta también de lo que tienen en común.

En cuanto al equipo, las investigadoras y los investigadores pertenecíamos a alguna de estas cinco categorías: 1) investigadoras e investigadores externos completos, sin pertenencia a las instituciones seleccionadas ni a los lugares (Mariana Bordes, Marcela Belardo, Natalia Luxardo, Leila Passerino); 2) investigadoras e investigadores parciales, no pertenecientes a las instituciones pero sí a los lugares (Fernando Sassetti); 3) investigadoras e investigadores internos (pertenecientes a las instituciones y en ocasiones a las comunidades) (Leandro Alva, Javier Billordo, Teresita Calzia, Carlos Scotta, Ingrid Spessotti); 4) investigadoras e investigadores colaboradores expertos externos que se sumaron para determinados tramos en función de sus experticias (Guillermo Macías, Eugenia Wright, Mariano Treacy, Marcel Kolvenbach, Nicolás Rodríguez, Francisco López); 5) investigadoras e investigadores locales que se sumaron en la segunda fase, con las propias comunidades con pertenencia a una organización social (CAAC) (Julio César Bello y otros/as). El equipo original que empezó en el 2016 (Alva, Billordo, Calzia, Sassetti) con el financiamiento de la Universidad de Buenos Aires continuó ininterrumpidamente durante todo el proceso. Este libro suma además otras colaboraciones de equipos de investigación que permitieron terminar de dar cuenta aspectos que surgieron (Alejandro Noboa y Eryka Torrejón, Mariana Schmidt et al., Diego Luxardo, Christine Holmberg).

In situ. El cáncer como injusticia social

Подняться наверх