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16. Naturaleza y hechos de Posidón

a. Tras el destronamiento de su padre Crono, los dioses Zeus, Posidón y Hades echaron suertes en un yelmo para decidir quién gobernaría en el cielo, el mar y el lóbrego mundo subterráneo, dejando la tierra como señorío común de todos. Zeus ganó el cielo, Hades el mundo subterráneo y Posidón el mar. Este último, igual en dignidad, aunque no en poderío, a su hermano Zeus, y siendo de naturaleza áspera y combativa, se puso inmediatamente a construir su palacio submarino cerca de Ege, en Eubea. En sus espaciosos establos guardaba caballos de tiro blancos con cascos de bronce y doradas crines, y un carro de oro ante el cual los vientos tormentosos cesaban inmediatamente y los monstruos marinos se alzaban y correteaban en torno a él.1

b. Como necesitaba una esposa que se sintiera a gusto en las profundidades del mar, cortejó a la nereida Tetis. Pero cuando Temis profetizó que cualquier hijo nacido de Tetis sería más grande que su padre, desistió del intento y le permitió casarse con un mortal llamado Peleo. Entonces se acercó a otra nereida, Anfitrite, pero ésta sentía tal repugnancia hacia él que huyó a la cordillera del Atlas. Sin embargo, Posidón envió mensajeros a buscarla, entre ellos a un tal Delfíno, quien defendió con tanto arte la causa de Posidón que ella accedió y le pidió que arreglara la boda. En agradecimiento, Posidón puso la imagen de Delfíno entre las estrellas, que es ahora la constelación del Delfín.2

Anfitrite dio tres hijos a Posidón: Tritón, Rodé y Bentesicime, pero él le daba casi tantos motivos de celos como Zeus a Hera, por causa de sus constantes amoríos con diosas, ninfas y mortales. Ella odió de manera especial su encaprichamiento con Escila, hija de Forcis, a la que por despecho transformó en un monstruo ladrador con seis cabezas y doce pies poniendo unas hierbas mágicas en el agua de su baño.3

c. Posidón codiciaba los reinos terrenales y una vez reclamó la posesión del Ática clavando su tridente en la Acrópolis de Atenas, donde al instante brotó, y aún se puede ver, un pozo de agua salada; y cuando sopla el viento del sur se puede escuchar el sonido de las olas. Más tarde, durante el reinado de Cécrope, llegó Atenea y tomó posesión de una manera más pacífica: plantando el primer olivo junto al pozo. En un arrebato de ira, Posidón la retó a un combate, cosa que Atenea habría aceptado de no ser porque Zeus se interpuso y les ordenó someter la disputa a un tribunal de arbitraje. Poco tiempo después se presentaron ante un jurado formado por deidades como ellos, quienes llamaron a Cécrope para prestar testimonio. Zeus no expresó su opinión, pero todos los demás dioses apoyaban a Posidón, mientras que las diosas estaban del lado de Atenea. Así, por una diferencia de un voto de mayoría, el tribunal determinó que Atenea tenía más derecho a esa tierra porque le había otorgado un mejor regalo.

d. Profundamente ofendido, Posidón envió enormes olas para que inundaran la Llanura Triasiana, donde se asentaba la ciudad de Atene, de donde la diosa se trasladó a Atenas dándole su propio nombre. Sin embargo, para aplacar la ira de Posidón, las mujeres de Atenas fueron privadas de voto, y a los hombres se les prohibió llevar el apellido de sus madres, como lo habían hecho hasta entonces.4

e. Posidón también le disputó Trecén a Atenea, pero en esta ocasión Zeus dio la orden de que la ciudad fuera compartida por ambos a partes iguales, una decisión que no agradó a ninguno de los dos. Después trató infructuosamente de reclamar Egina a Zeus, y Naxos a Dioniso; y cuando reclamó Corinto a Helio obtuvo solamente el istmo, mientras que el último obtuvo la Acrópolis. Enfurecido, y de nuevo dispuesto a luchar, intentó arrebatar Argólide a Hera y se negó a comparecer ante sus compañeros del Olimpo, pues, según decía, estaban predispuestos contra él. En consecuencia, Zeus pasó el asunto a los dioses fluviales ínaco, Cefiso y Asterión, que decidieron a favor de Hera. Puesto que se le había prohibido ejercer su venganza con inundaciones, como hiciera antes, se decidió exactamente por lo contrario: secó los ríos y arroyos en el territorio de los jueces de forma que nunca más volvieron a fluir en verano. Sin embargo, en atención a la danaide Amimone, una de las Danaides afectadas por esta sequía, hizo que el río argivo Lerna tuviera caudal perpetuamente.5

f. Presume de haber sido el creador del caballo, aunque algunos dicen que, nada más nacer, Rea le dio uno a Crono para que se lo comiera en lugar del niño. También se atribuye la invención de las bridas, aunque Atenea ya se le había adelantado. Pero lo que nadie pone en duda es que fue él quien instituyó las carreras de caballos. Ciertamente, los caballos están consagrados a él, quizás por su persecución amorosa de Deméter cuando, bañada en lágrimas, buscaba a su hija Perséfone. Se dice que Deméter, abatida y descorazonada por esta búsqueda, sin ningún deseo de coquetear con ningún dios o titán, se transformó en una yegua y empezó a pacer con la manada de un tal Onco, un hijo de Apolo que reinaba en Onceo, en la Arcadia. Sin embargo, no logró engañar a Posidón, que se transformó a su vez en semental y la cubrió, y de esta vergonzosa unión nacieron la ninfa Despoina y el caballo salvaje Arión. La ira de Deméter fue tan intensa que aún se le rinde culto local como «Deméter la Furia».6

1. Tetis, Anfitrite y Nereis eran diferentes títulos locales de la triple Diosa Luna como regente del mar, y, puesto que Posidón era el Dios Padre de los eolios, dedicados al mar, reclamó el derecho a ser su esposo dondequiera que ella fuera adorada. Peleo se casó con Tetis en el monte Pellón (véase 81./). Nereis significa «la mojada», y el nombre de Anfitrite se refiere al «tercer elemento», el mar, que rodea al primer elemento, la tierra, y por encima de los cuales se halla el segundo elemento, es decir, el aire. En los poemas homéricos Anfitrite significa simplemente «el mar» y no se halla personificada como esposa de Posidón. Su renuencia a casarse con él coincide con el rechazo de Hera a casarse con Zeus, y con la de Perséfone a casarse con Hades. El matrimonio implicaba la interferencia de los sacerdotes varones en el control femenino de la industria pesquera. La fábula de Delfino es una alegoría sentimental: los delfines aparecen sólo cuando el mar está en calma. Las hijas de Anfitrite eran ella misma manifestada en una tríada: Tritón, la luna nueva de la fortuna; Rodé, la luna llena de la cosecha; y Bentesicime, la peligrosa luna vieja. Pero a Tritón se le ha atribuido después el género masculino. Ege estaba situada en el lado beocio protegido de Eubea y servía como puerto de Orcómeno, y fue en sus alrededores donde se concentró la expedición naval que iría contra Troya.

2. La historia de la venganza de Anfitrite sobre Escila mantiene un paralelismo con la venganza de Pasífae contra otra Escila (véase 91.2). Escila («la que araña» o «cachorro») es simplemente un aspecto desagradable de ella misma: Hécate, la diosa de la Muerte con cabeza de perro (véase 31./), que vivía lo mismo en la tierra que entre las olas. La huella de un sello de Cnosos muestra a Hécate amenazando a un hombre en una barca, tal como amenazó a Odiseo en el estrecho de Mesina (véase 170.í). El relato citado por Tzetzes parece ser una conclusión errónea de la interpretación de una antigua vasija pintada en la que Anfitrite se halla al pie de un estanque ocupado por un monstruo con cabeza de perro; en el otro lado de la vasija aparece un héroe ahogado atrapado entre dos tríadas de diosas con cabezas de perro a la entrada del mundo subterráneo (véanse 31.a y 134./).

3. Los intentos de Posidón por apoderarse de ciertas ciudades son mitos políticos. Su disputa por Atenas sugiere un intento fallido de convertirse en dios tutelar de la ciudad en el lugar de Atenea. Pero la victoria de ésta se vio menoscabada por una concesión al patriarcado: los atenienses abandonaron la costumbre cretense de llevar el apellido de las madres, costumbre que prevaleció en Caria hasta la época clásica (Herodoto: i. 173). Varrón, que fue quien aportó este detalle, refiere el juicio como un plebiscito en el que participaron todos los hombres y mujeres de Atenas.

Es evidente que los pelasgos jónicos de Atenas fueron derrotados por los eolios, y que Atenea recuperó su soberanía solamente aliándose con los aqueos de Zeus, quienes más tarde le denegaron la paternidad de Posidón y admitieron que renació de la cabeza de Zeus.

4. El cultivo del olivo fue importado originalmente de Libia, lo que apoya el mito del origen libio de Atenea. Pero lo que ésta llevó parece haber sido un esqueje, ya que el olivo cultivado no se reproduce solo, sino a partir de un injerto en el oleastre u olivo salvaje. El olivo de la diosa aún se exhibía en Atenas en el siglo II d.C. La inundación de la Llanura Triasiana es probablemente un acontecimiento histórico, pero no se puede fechar. Es posible que a comienzos del siglo xrv a.C., que los meteorólogos consideran un período de intensísimas lluvias, los ríos de Arcadia nunca se quedaran sin agua, y que su posterior sequía se atribuyera a la venganza de Posidón. El culto del sol prehelénico en Corinto está claramente demostrado (Pausanias: ii.4.7; véase 67.2).

5. El mito de Deméter y Posidón recoge una invasión helénica de Arcadia. A Deméter se la representaba en Figalia como la patrona con cabeza de yegua del culto prehelénico del caballo. Los caballos eran consagrados a la luna porque sus cascos tienen la forma de media luna, y la luna era considerada fuente de todas las aguas; de ahí la asociación de Pegaso con las fuentes de agua (véase 75.b). Los primitivos helenos introdujeron una nueva raza de caballos más grandes desde la Transcaspiana, ya que la variedad local apenas era del tamaño de un poney Shetland y no servía para el tiro. Parece que ellos tomaron los principales centros del culto al caballo, donde sus reyes guerreros forzaron a las sacerdotisas locales a casarse con ellos, adjudicándose así el derecho de propiedad sobre la tierra, suprimiendo de paso las orgías de las yeguas salvajes (véase 72.4). Los caballos sagrados Arión y Despoina (esta última, un título de la propia Deméter) fueron entonces reclamados como hijos de Posidón. Amimone pudo ser un nombre de la diosa en Lerna, centro del culto danaide del agua (véase 60.g y 4).

6. Deméter como Furia, al igual que Némesis en este aspecto (véase 32.3), era la diosa en su estado de ánimo asesino que tenía lugar una vez al año. Lo que se cuenta de Posidón y Deméter en Telpusa (Pausanias: viii.42) y de Posidón y una Furia sin nombre en la fuente de Tilfusa en Beocia (escoliastas sobre la Ilíada de Homero xxiii.346) ya era de sobra conocido cuando llegaron los helenos. Aparece en la primitiva literatura sagrada india, donde Saranyu se transforma a sí misma en yegua, y Vivaswat en un semental que la cubre. Fruto de esta unión nacieron los dos héroes Asvins. Tal vez «Deméter Erinia» no sea el equivalente de «Deméter la Furia» sino de «Deméter Saranyu» en un intento de reconciliación de las dos culturas guerreras, pero para los resentidos pelasgos Démeter fue y siguió siendo ultrajada.

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