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30. Zagreo

a. Zeus engendró en secreto a su hijo Zagreo en Perséfone, antes de que fuera llevada al mundo subterráneo por su tío Hades, y ordenó a los hijos de Rea, los Curetes cretenses, o Coribantes, como les llaman algunos, que vigilaran su cuna en la cueva de Ida, donde saltaban a su alrededor chocando sus armas, tal como habían saltado alrededor del propio Zeus en Dicte. Pero los Titanes, enemigos de Zeus, se cubrieron de yeso blanco hasta quedar irreconocibles y esperaron que se durmieran los Curetes, y a medianoche atrajeron a Zagreo fuera de la cueva ofreciéndole juguetes tan infantiles como un cono, una bramadera, manzanas doradas, un espejo, una taba y un ovillo de lana. Zagreo se mostró valiente cuando se abalanzaron sobre él con intención de matarlo, transformándose varias veces para engañarlos: primero como Zeus cubierto con una piel de cabra, luego como Crono haciendo llover, como león, caballo, serpiente con cuernos, un tigre y un toro. En ese instante los Titanes lo sujetaron fuertemente por los cuernos, lo despedazaron con sus dientes y devoraron su carne cruda.

b. Atenea interrumpió el horrible banquete poco antes de que acabara y, rescatando el corazón de Zagreo, lo guardó en una figura de yeso en la que insufló vida, y así Zagreo se hizo inmortal. Sus huesos fueron recogidos y enterrados en Delfos, y Zeus fulminó a los Titanes con su rayo.1

1. Este mito se refiere al sacrificio anual de un niño que tenía lugar en la antigua Creta y que era el sustituto de Minos, el rey-toro. Su reinado sólo duraba un día y ejecutaba una danza que ilustraba las cinco estaciones —como león, cabra, caballo, serpiente y ternero—, tras lo cual era comido crudo. Todos los juguetes con los que lo engatusaron los Titanes eran objetos usados por los filósofos órficos que heredaron la tradición de este sacrificio, sólo que devoraban un ternero crudo en lugar de un niño. La bramadera era una piedra perforada o un trozo de cerámica que, al hacerla girar en el extremo de una cuerda, hacía un ruido parecido al de un viento fuerte; el ovillo de lana puede que fuera utilizado para embadurnar a los Curetes con yeso líquido, pues eran jóvenes que habían cortado su primer cabello para dedicárselo a la diosa Car (véase 95.5). También se les llamaba Coribantes, o bailarines encrestados. Los otros regalos de Zagreo servían para explicar la naturaleza de la ceremonia en la que los participantes se convertían en unidad con el dios: el cono era un antiguo emblema de la diosa, en cuyo honor le sacrificaron los Titanes (véase 20.2); el espejo representaba el otro ego, o espíritu, de cada iniciado; las manzanas doradas, su pasaporte al Elíseo tras una muerte simulada; la taba, sus poderes adivinatorios (véase 17J).

2. Un himno cretense descubierto hace unos años en Palaiokastro, cerca de la Cueva Dictea, está dirigido al Croniano Único, el más grande entre los jóvenes, que llega danzando al frente de sus demonios y salta para aumentar la fertilidad del suelo y de los ganados y para dar suerte a la flota pesquera. En Temis, Jane Harrison sugiere que los tutores armados que se mencionan allí, los que «te arrebataron, niño inmortal, de la vera de Rea», solamente fingían matar y comer a la víctima, que era un iniciado de su sociedad secreta. Pero todas esas muertes fingidas en las ceremonias de iniciación, de las que se tiene noticia en muchas partes del mundo, parecen basadas en última instancia en una tradición de verdaderos sacrificios humanos; y los cambios estacionales de Zagreo le distinguen de cualquier miembro ordinario de una fraternidad totémica.

3. El tigre de las últimas transformaciones de Zagreo, que parece no concordar con las demás, se explica por su identificación con Dioniso (véase 27.c), de cuya muerte y resurrección se cuenta la misma leyenda, aunque con carne cocinada en lugar de cruda, y con el nombre de Rea en lugar del de Atenea. Dioniso era también una serpiente con cuernos —tenía cuernos y mechones serpentinos al nacer (véase 27.a)— y sus devotos órficos lo comían sacramentalmente en forma de toro. Zagreo se transformó en «Zeus con piel de cabra» porque Zeus, o el niño que lo sustituía, había ascendido al cielo llevando puesta una zamarra hecha con la piel de la cabra Amaltea (véase 7.b). «Crono haciendo llover» es una referencia al uso de bramaderas en las ceremonias para invocar la lluvia. En este contexto los Titanes eran Titanoi, «hombres de yeso blanco», y los mismos Curetes se disfrazaban así para que el fantasma de la víctima no los reconociera. Cuando los sacrificios humanos pasaron de moda, a Zeus se le representaba descargando su rayo contra los caníbales, y los Titanes, «señores de la semana de siete días», pasaron a ser confundidos con los Titanoi, «hombres de yeso blanco», a causa de su hostilidad hacia Zeus. Ningún órfico que hubiera comido alguna vez la carne de su dios volvía a probar ningún tipo de carne.

4. Zagreo-Dioniso era conocido también en el sur de Palestina. Según las tablillas de Ras Shamra, Ashtar ocupó temporalmente el trono del cielo mientras el dios Baal languidecía en el submundo por haber comido el alimento de los muertos. Ashtar era sólo un niño, y cuando se sentó en el trono los pies no le llegaban al escabel. Baal regresó poco tiempo después y lo mató con una maza. La ley mosaica prohibía las fiestas de iniciación en honor de Ashtar: «No guisarás un cabrito en la leche de su madre», lo cual se repetía tres veces (Éxodo xiii.19; xxxiv.26; Deuteronomio xiv.21).

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