Читать книгу Estado de Derecho y construcción de la paz. El caso Afgano - Javier Ruiz Arévalo - Страница 15

1. EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO DE ESTABILIZACIÓN 1.1. PRESUPUESTOS FÁCTICOS 1.1.1. La participación militar en el Gobierno de la población civil

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La presencia de civiles en los campos de batalla ha sido una constante a lo largo de la historia48. Pero, el papel de estas personas y su relación con las fuerzas militares han sufrido grandes transformaciones, especial-mente durante las últimas décadas. Esta evolución de la presencia civil en los campos de batalla ha implicado una evolución paralela en el modo en que las fuerzas militares han afrontado su relación con el entorno civil. Desde el gobierno militar de los territorios ocupados, puesto en práctica durante la Segunda Guerra Mundial (II.ª GM), hasta la implicación en el gobierno de Estados fallidos o semi-fallidos típica de nuestros días, las fuerzas militares han tenido que irse adaptando al papel que el entorno geoestratégico y la naturaleza de las operaciones les han ido asignando en el gobierno de los territorios en los que operan. Esta adaptación ha sido preponderantemente reactiva, de forma que las fuerzas armadas se han ido encontrando con nuevas situaciones, no previstas en su preparación, para las que han tenido que ir improvisando soluciones.

En el caso de EEUU, que ha sido y sigue siendo el actor más relevante en este campo, las primeras experiencias en el gobierno militar de territorios ocupados o liberados se producen en Europa, con ocasión de la Primera Guerra Mundial (I.ª GM). En 1919, sin experiencia, ni preparación previa para ello, militares de EEUU y Gran Bretaña se vieron obligados a asumir estas funciones en los territorios ocupados de Alemania. Una vez finalizada la guerra, muchos militares consideraron que se había tratado de una situación anómala, que no volvería a repetirse en el futuro. El ejercicio de funciones de gobierno por los militares se consideraba en el período de entreguerras como algo absolutamente excepcional, que sólo debería repetirse en circunstancias igualmente excepcionales.

Algunas voces discrepaban de esta postura predominante. Es el caso del Coronel Irwin L. Hunt, que había ejercido funciones de gobierno militar durante la ocupación en Europa y que en la posguerra elevó un informe abogando por darle una mayor importancia a los Asuntos Civiles49, recordando que en la I.ª GM “el ejército americano de ocupación careció tanto de adiestramiento, como de una organización para hacerse cargo del destino de cerca de un millón de personas que los avatares de la guerra pusieron bajo su soberanía temporal”50. A pesar de este tipo de interpretaciones, que alertaban de los peligros de no tomar este asunto en consideración, prevaleció la postura más escéptica, que daba por descontado que el ejército de EEUU no se vería involucrado en el futuro en el gobierno de la población civil. El resto de potencias occidentales no se planteaba, ni por asomo, tal posibilidad.

Habría que esperar a los momentos previos a la entrada de EEUU en la II.ª GM para que esta actitud fuera enmendándose y se acometieran los primeros pasos encaminados a capacitar al ejército en este campo. Pero se había comenzado demasiado tarde y para cuando se decidió entrar en la guerra, el presidente Roosevelt decidió delegar en el Departamento de Estado la gestión política y económica de los territorios liberados, alegando que los Asuntos Civiles y el Gobierno Militar son una materia civil y por lo tanto debían estar bajo la responsabilidad de autoridades civiles.

Estado de Derecho y construcción de la paz. El caso Afgano

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