Читать книгу Estado de Derecho y construcción de la paz. El caso Afgano - Javier Ruiz Arévalo - Страница 17

1.1.3. El camino hacia la normalidad (Estabilización)

Оглавление

El ejercicio del gobierno de los territorios liberados y ocupados se tradujo en un proceso, más o menos lento, en el que el mando militar asumía inicialmente tantos cometidos como la situación demandara, para irlos transfiriendo a las autoridades civiles tan pronto como éstas estuvieran en condiciones de ejercerlas y la situación lo permitiera. Este proceso era sensiblemente diferente según se tratara de territorios ocupados o liberados.

En los territorios liberados de Europa, en los primeros momentos, el Comandante Supremo Aliado ejercía autoridad plena, para evitar que la población civil pudiera convertirse en un obstáculo en el desarrollo de las operaciones militares, a las que se daba absoluta prioridad sobre cualquier otra consideración. Pero, a la vez que se gobernaba, se comenzaba a trabajar en el desarrollo de capacidades de gobierno propias, para lo cual se destacaban oficiales de Asuntos Civiles a las distintas administraciones, para ayudarles a recuperar sus plenas capacidades. Tan pronto como era posible, se pasaba a la segunda fase, en la que las autoridades civiles asumían plenos poderes, siempre bajo supervisión del mando militar. Esta supervisión permitía garantizar, una vez más, la supremacía de las operaciones militares sobre otras consideraciones.

En los territorios ocupados de Alemania, el absoluto colapso de su gobierno obligó a aplicar el método de control directo. Para ello, los destacamentos de Asuntos Civiles responsables del gobierno militar siguieron un procedimiento muy sencillo. Al ocuparse una población, se publicaba un bando con las normas necesarias para asegurar el control y buscar la colaboración de la población civil. A continuación, se procedía a nombrar un nuevo alcalde y jefe de policía, a los que se transfería el poder de forma paulatina. Gran número de poblaciones estaban, en aquel momento, fuera de ley y eran campo de actuación de saqueadores, violadores y todo tipo de delincuentes, por lo que el restablecimiento del orden público era absolutamente prioritario. Una vez asegurado el orden público, la segunda prioridad era el restablecimiento de la administración local. Este proceso permitía a los territorios ocupados ir recuperando la normalidad, pero, en cualquier caso, el control militar sobre las autoridades así designadas era, como cabe esperar, mucho más estrecho que el ejercido en los territorios liberados. Por encima del nivel local, la administración quedaba en manos de la autoridad militar de ocupación.

Las unidades de Asuntos Civiles se vieron obligadas también a jugar un papel protagonista en la gestión de desplazados, campo en el que la UNRRA constató pronto su absoluta incapacidad para proporcionar alojamiento y alimentación a los millones de desplazados y refugiados presentes en Europa, sobre todo en los años 1944-4660. Finalmente, por mediación del Departamento de Estado, se decidió encomendar esta tarea a las fuerzas militares, que dedicaron a esta misión un gran esfuerzo, coordinado por una gran cantidad de destacamentos de Asuntos Civiles, que debieron irse activando a medida que las nuevas misiones lo iban requiriendo.

Estado de Derecho y construcción de la paz. El caso Afgano

Подняться наверх