Читать книгу Estado de Derecho y construcción de la paz. El caso Afgano - Javier Ruiz Arévalo - Страница 18

1.1.4. Lecciones aprendidas

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La II.ª GM fue rica en oportunidades para aprender sobre la implicación militar en el gobierno de la población civil. De hecho, lo aprendido en esta contienda condicionó la doctrina sobre Asuntos Civiles en todo el bloque occidental hasta el fin de la Guerra Fría.

La primera y más importante lección fue clara: ocupar territorios lleva aparejada la responsabilidad de gobernarlos y esta es una responsabilidad que, al menos en los momentos inmediatamente posteriores a las operaciones militares, recaerá en el mando militar, que deberá asumirla con medios exclusivamente militares. En función de ello, dada la magnitud de esta empresa, el gobierno militar de las poblaciones liberadas u ocupadas debe considerarse el componente principal de la función Asuntos Civiles. Esta idea permanecería vigente hasta, por lo menos, los últimos años del siglo XX.

La segunda lección aprendida no es sino un corolario lógico de la anterior: si el gobierno de las poblaciones liberadas u ocupadas es una misión habitual de las fuerzas militares, no debe dejarse a la improvisación. Es necesario contar con procedimientos operativos; con personal convenientemente adiestrado; y con elementos en los cuarteles generales y unidades especializados en su planeamiento y ejecución. Este aspecto debe contemplarse en el planeamiento de cualquier operación.

EEUU aprendió la lección como demuestran los siguientes hechos: 1) En 1942 se creó la Escuela de Gobierno Militar en la Universidad de Virginia, Charlottesville, primera institución dedicada a la formación en este campo; 2) Entre 1942 y 1946, en un alarde de eficiencia increíble, éstas y otras instituciones creadas por todo el país, formaron a más de 6.000 oficiales de Asuntos Civiles; y 3) En las mismas fechas se redactó el primer manual de asuntos civiles y se creó la División de Asuntos Civiles en el Estado Mayor General del Ejército. A partir de ese momento, los Asuntos Civiles pasan a convertirse en una función más dentro de cualquier organización militar, que contará con medios humanos y materiales específicos y con una doctrina de empleo. Con este u otro nombre, la relación entre la fuerza militar y la población civil ya nunca dejará de estar presente en el planeamiento y ejecución de las operaciones militares.

Para terminar, hubo aún otra lección aprendida. Las misiones de gobierno militar asumidas por las fuerzas de ocupación en Alemania no se transfirieron totalmente hasta 1952. Esta situación se alargó más de lo deseable principalmente porque, en el momento en que las fuerzas militares asumían estos cometidos, no tenían presente que debían planear, desde el primer momento, una transferencia a otra autoridad civil que actuara como puente entre el gobierno militar y un gobierno alemán plenamente responsable. En aquellos momentos, se pensaba que el gobierno militar aliado sería suce-dido rápidamente por un gobierno alemán legítimo, algo que sólo sucedió mucho tiempo después. Esta situación obligó a empeñar fuerzas militares en funciones de gobierno durante casi ocho años, algo que nadie había previsto en su momento y que no se quería que volviera a ocurrir.

En cualquier caso, es importante tener en cuenta que, en aquellos momentos, las fuerzas armadas actuaban como protagonista único en la gestión de los conflictos armados y que la finalidad de las operaciones era alcanzar la paz mediante la derrota del enemigo. Aspectos como el establecimiento de un Estado de Derecho efectivo no figuraban entre los objetivos a alcanzar. El gobierno de la población civil pretendía, fundamentalmente, evitar que ésta dificultara las operaciones militares o que sus necesidades vitales no estuvieran cubiertas, lo cual en última instancia podría suponer un problema para las fuerzas militares.

Estado de Derecho y construcción de la paz. El caso Afgano

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