Читать книгу Estado de Derecho y construcción de la paz. El caso Afgano - Javier Ruiz Arévalo - Страница 20
1.2.2. El nacimiento del concepto de Cooperación Cívico-Militar
ОглавлениеLa caída del Bloque Comunista cambió completamente la realidad geopolítica del planeta, dando paso a un nuevo escenario, que exigía una nueva estrategia, adaptada a realidades muy diferentes a las de la II.ª GM y la Guerra Fría. Ya no se trataba de enfrentarse a grandes fuerzas convencionales en el teatro europeo. Mientras esta hipótesis iba haciéndose cada vez más improbable, las fuerzas armadas occidentales se han visto, cada vez con más frecuencia e intensidad, envueltas en operaciones de unas características muy diferentes: Despliegues fuera del territorio de la Alianza, operaciones de mantenimiento e imposición de la paz, enemigos irregulares y polifacéticos, operaciones de estabilización, entre otras, y casi siempre operando en Estados fallidos o en vías de serlo. Lo que se pide ahora de las fuerzas armadas no es que gobiernen un territorio ocupado; ahora se trata de apuntalar o reinstaurar gobiernos legítimos, amenazados normalmente por enemigos interiores o derrocar gobiernos gamberros64 para sustituirlos por otros más respetuosos con la legalidad internacional y los Derechos Humanos de sus propios nacionales. Las fuerzas Armadas de los Estados de la OTAN afrontaron a este nuevo escenario perfectamente preparadas para enfrentarse a las amenazas del anterior, pero muy mal equipadas y preparados para estos nuevos retos. En el caso concreto de EEUU, las capacidades militares relacionadas con la reconstrucción y la estabilización habían ido desvaneciéndose desde la guerra de Vietnam hasta llegar a desaparecer casi por completo65.
En un contexto en el que no se prevé la ocupación o liberación de territorios, sino la creación de un entorno de seguridad que permita su estabilidad y en el que serán otros los responsables del gobierno66, el concepto de Asuntos Civiles irá evolucionando hacia el de Cooperación Cívico-Militar (conocida como CIMIC), más limitado y enfocado en mayor medida a la coordinación con otros actores que al ejercicio directo de funciones de gobierno. Cooperación Cívico-Militar y Asuntos Civiles tienen mucho en común, pero son dos conceptos diferentes67. De hecho, la Cooperación Cívico-Militar es uno de los tres pilares de la mucho más amplia función clásica de Asuntos Civiles (Los otros dos son gobierno y apoyo de la nación anfitriona). En el seno de la OTAN se ha ido abandonando la idea del ejercicio de autoridad territorial por fuerzas militares y la función de apoyo de la nación anfitriona ha acabado por considerarse un asunto básicamente logístico. La función de cooperación cívico-militar ha quedado así como el único aspecto perdurable de los tres pilares clásicos de la función asuntos civiles68.
Un aspecto significativo, puesto de manifiesto por la nueva situación internacional, es el de la estrecha relación existente entre la seguridad y la satisfacción de las necesidades básicas de la población. El concepto de Seguridad Humana69, al asociar la seguridad con la satisfacción de estas necesidades básicas, viene a subrayar esta interdependencia, que está en el fondo de la Resolución 794 del Consejo de Seguridad de la ONU, de 3 de diciembre de 1992, que autorizó, por primera vez, una intervención militar amparada en el Capítulo VII “con el fin de establecer un entorno seguro para las operaciones de ayuda humanitaria” en Somalia70. Desde entonces, esta interrelación entre seguridad y desarrollo humano se ha ido haciendo cada vez más patente71. Por esta vía, el establecimiento de un Estado de Derecho efectivo en Estados en conflicto ha pasado a convertirse en un componente más de la seguridad, en la medida que garantizar unos estándares mínimos de justicia debe considerarse como una necesidad básica.
Ante el incremento en el número, la complejidad y la envergadura de las emergencias complejas, en el marco de Naciones Unidas se elabora un modelo de construcción de la paz que integraba la acción militar y la humanitaria en modo secuencial72. Se trataba de comenzar con la consecución de un alto el fuego y la asistencia y reasentamiento de desplazados y refugiados, para acabar con la reconstrucción económica, la reconciliación social y la restauración de las funciones esenciales del gobierno. Con ello se pretendía, en esencia, abordar todos los factores del problema: la violencia, las necesidades básicas de la población y, cuando fuera necesario, la reconciliación y la reconstrucción73.
En este contexto en el que desarrollo y seguridad se entrecruzan en la resolución de conflictos, la OTAN reconoce que la coordinación entre las fuerzas de la Alianza y el entorno civil (gubernamental y no guberna-mental) es crítico para el éxito de la operación74. Éste será precisamente el cometido de la estructura de Cooperación Cívico-Militar que se irá desarrollando en los años siguientes. La definición de esta función acuñada en aquellos momentos (2002) así lo establece: “La coordinación y cooperación entre el Mando de la OTAN y los actores civiles, incluyendo población local y autoridades nacionales e internacionales y organizaciones gubernamentales y no gubernamentales”75. Según se recoge expresamente en la Doctrina OTAN76, estas relaciones pueden incluir el planeamiento conjunto a nivel estratégico y el apoyo directo a planes civiles. En el campo de la ayuda humanitaria, se establece que, aunque no pueda excluirse la ejecución directa de este tipo de actividades, el papel normal del CIMIC debe ser la cooperación con las agencias civiles a cargo de ellas.